Objetivos estratégicos o prioridades competitivas
Los objetivos tradicionales de la Dirección de Operaciones se centraban en el incremento de la productividad del trabajo y la reducción de costes. La productividad es la forma de medir la eficiencia (técnica) de la función de producción; es un concepto de carácter técnico y no financiero, por lo que se mide en unidades físicas y, además, se mide de forma parcial (productividad parcial o productividad de un factor). Si queremos medir la productividad global (de todos los factores), valoramos la producción y el consumo de factores en u.m. y utilizamos la eficiencia económica.
Eficiencia económica: alcanzar el mayor nivel de producción posible con unas disponibilidades limitadas de factores, conseguir un determinado nivel de producción con el menor empleo posible de medios.
Productividad (o eficiencia técnica): según la O.I.T., cociente entre la cantidad producida y la cuantía de los recursos que se hayan empleado en la producción.
El coste de producir cualquier bien o servicio viene representado por el valor de los factores empleados en su obtención. El análisis de los costes pone de relieve en qué medida la empresa cumple la función de creación de valor, al comparar en términos monetarios el valor de lo producido con el valor de los factores utilizados (eficiencia económica).
El objetivo coste ha sido prioritario hasta la década de 1970. Así, las empresas que ofertaban sus productos a precios reducidos, gracias a su reducido coste de fabricación, lograban las mayores cuotas de mercado. Pero la situación cambió cuando las empresas japonesas centraron su estrategia competitiva en productos de elevada calidad (sin afectar a los costes de producción) y en su reducido tiempo de entrega. Por tanto, las nuevas características del entorno competitivo han dado lugar a que vayan apareciendo otros objetivos estratégicos o prioridades competitivas en la Dirección de Operaciones:
- La calidad.
- El tiempo.
- La flexibilidad.
- La responsabilidad social, ética y medioambiental.
Cada empresa debe seleccionar en qué objetivo o conjunto de objetivos quiere fijar su prioridad competitiva.
Calidad
Definir el concepto de calidad es un problema complejo, relacionado con el valor del producto.
Desde una perspectiva interna, calidad implicaría cumplir con una serie de normas o especificaciones en el diseño y obtención del producto.
Desde una perspectiva externa, calidad consistiría en satisfacer los requisitos y las expectativas del cliente. Por tanto, un producto es de calidad si el cliente considera o percibe que la tiene.
Evolución del concepto de calidad:
- Calidad como sinónimo de excelencia (concepto absoluto): algo que es lo mejor en su categoría.
- Calidad como sinónimo de consistencia o conformidad: ausencia de defectos, errores o fallos.
- Calidad en el sentido de óptima relación calidad-precio (concepto relativo).
Tiempo
El objetivo tiempo hace referencia a los plazos de desarrollo, obtención y entrega de un producto al cliente → competencia basada en el tiempo. Tiene dos dimensiones:
- Velocidad o rapidez en la entrega del bien o en la prestación del servicio.
- Fiabilidad: implica cumplir “siempre” con los plazos establecidos. No se trata sólo de ser más rápidos que la competencia, sino de cumplir lo prometido a nuestros clientes, reduciendo en lo posible la variabilidad en el tiempo de entrega del bien o en el tiempo de prestación del servicio.
Flexibilidad
Capacidad de adaptación y respuesta a las necesidades cambiantes del mercado y de la demanda y a las nuevas características del entorno competitivo.
- Flexibilidad de innovación: capacidad para introducir con rapidez productos nuevos en el mercado.
- Flexibilidad de producto: habilidad para modificar las características de los productos actuales y para adaptarse a las necesidades individuales de cada cliente personalizando la oferta de productos.
- Flexibilidad de volumen: posibilidad de variar el volumen de producción para atender las fluctuaciones y la estacionalidad de la demanda, sin que repercuta de forma significativa en los costes.
Responsabilidad social y medioambiental
En los últimos años están adquiriendo especial relevancia los aspectos ecológicos y éticos relacionados con la actividad empresarial, como consecuencia de los cambios en la concienciación de los consumidores y el endurecimiento de la regulación. La Dirección de Operaciones debe asumir por tanto una responsabilidad social, tomando decisiones basadas en valores éticos generalmente aceptados por la sociedad, gestionando correctamente los impactos medioambientales, respetando las normas de seguridad e higiene en el trabajo…