Sistemas Económicos
Sistema Económico de Mercado
En un sistema económico de mercado, las decisiones económicas son tomadas por las empresas y los consumidores a través del sistema de precios. La intervención del Estado se reduce únicamente a garantizar el libre funcionamiento del mercado.
- Qué se produce: Las compras de un bien actúan como señal para las empresas, que observan las posibilidades de obtener más beneficios. Si los consumidores dejaran de solicitar ese bien, se reduciría su producción e incrementaría la de otros bienes.
- Cómo producir: Para tener más beneficio, los productores intentan utilizar los recursos y los métodos de producción que tengan menor coste.
- Para quién se produce: Los precios de los productos, influidos por la ley de la oferta y la demanda, asignan los bienes a quien pueda pagarlos.
Ventajas:
- Eficiencia en su funcionamiento: El mercado motiva a los individuos a utilizar cuidadosamente los recursos y bienes escasos, pues los precios actúan como freno al despilfarro.
- Libertad económica: Tanto empresas como personas pueden elegir qué producir o consumir según sus preferencias.
Inconvenientes:
- Los ingresos se reparten muy desigualmente.
- No siempre el mercado es eficiente: El mercado falla cuando no hay competencia, también pueden dañar al medio ambiente.
- Son inestables: Suelen tener cada cierto tiempo crisis.
- Creación de necesidades artificiales.
- La libertad económica es discutible: Nadie es libre si no tiene dinero.
Sistema de Planificación Central
El sistema de planificación central sustituye las necesidades del mercado por las establecidas por el Estado, que dirige el funcionamiento del mercado y controla el poder económico. Su mayor éxito fue dar trabajo, sanidad y educación gratuitas para toda la población y una distribución de la renta más igualitaria.
Inconvenientes:
- No existen incentivos para que las empresas reduzcan sus costes ni para que los trabajadores incrementen su productividad.
- Hay una burocracia creciente y múltiples errores de previsión por haber un enorme aparato administrativo.
Estos inconvenientes generan una planificación alejada de las necesidades de la sociedad e ineficiente.
Sistemas Económicos Mixtos
Los sistemas económicos mixtos combinan las virtudes del mercado con la intervención del Estado como corrector de sus fallos. Los consumidores y empresas persiguen sus propios intereses (qué, cómo, para quién) y el Estado regula el mercado produciendo una serie de bienes y servicios para la sociedad o produciendo un reparto equitativo de la renta (se conceden subvenciones, servicios sanitarios públicos, educación pública, etc.).
Cuando estos sistemas no consiguen una producción deseable, decimos que hay fallos del mercado y como consecuencia se produce desempleo, deterioro del medio ambiente, etc. Pero también existen fallos del Estado cuando su intervención no mejora los resultados del mercado o los empeora. El reto es reducir ambos tipos de fallos, buscando el equilibrio entre señales de mercado e intervención del Estado.
Doctrinas Económicas
Liberalismo Económico (Adam Smith)
Adam Smith, fundador del liberalismo económico, describe cómo el mercado y su mano invisible resuelven las cuestiones básicas de la economía (qué, cómo y para quién). La mano invisible era el «milagroso» funcionamiento de los mercados. Es sencillo, si hay muchas personas que demandan un producto, aumentan las ventas y el precio. Las empresas aprovechan y aumentan su producción. Los precios y ventas actúan como señales que dirigen el mercado como haría una mano invisible.
A Adam Smith le impresionaba cómo la sociedad estaba en armonía natural, permitiendo organizar las vidas y aprovechando la división del trabajo. Por eso recomienda al gobierno «dejarlo estar» y reducir al mínimo su intervención, ya que las señales de los precios y las respuestas del mercado asignan los recursos mejor que el Estado.
Marxismo (Karl Marx)
Karl Marx fue el gran crítico del mercado y el capitalismo, y el defensor de la creación de una sociedad socialista. El marxismo pone en duda la forma en la que el mercado resuelve el qué producir. La mano invisible deja insatisfechas muchas necesidades básicas de la mayoría de la población. Por eso el Estado debe intervenir para que la población tenga las necesidades primarias cubiertas.
En cuanto al cómo producir, el Estado evitaría elegir los métodos de producción en función del coste y tendrían en cuenta valores ecológicos y sociales. También critica el para quién producir. En el sistema capitalista el trabajo humano es explotado por los empresarios. La explotación está en la diferencia entre lo que un trabajador colabora en producir un bien y lo que cobra por hacerlo. Esa diferencia la aprovecha el empresario.
Corrientes Neoclásicas o Marginalistas
- Escuela clásica: Seguidores de Adam Smith: Thomas Malthus, David Ricardo y otros.
- Corriente marginalista: Continuadora de los clásicos. Década de 1870 con Menger, Walras y Jevons. Sus aportaciones siguen aún vigentes (coste de oportunidad, coste marginal, utilidad marginal o formación de precios de oferta y demanda).
Teoría Keynesiana (John M. Keynes)
La «mano invisible» de Adam Smith y la «mano visible» del Estado representan dos formas opuestas de tomar decisiones. John M. Keynes propone utilizar conjuntamente las señales del mercado y directrices del Estado para resolver los problemas del mercado, dando lugar a una economía mixta.
Keynes aceptaba las reglas del mercado, aunque pensaba que era necesaria la intervención del Estado, sobre todo cuando había una crisis económica. Cuando las expectativas de las empresas son buenas, todo crece y hay trabajo y equilibrio, pero cuando son malas, cae la demanda y las empresas no invierten, lo que provoca una crisis. Keynes recomienda la intervención del Estado para impedir la caída de la demanda, aumentando el gasto público y reduciendo impuestos a las empresas y familias.