Políticas de Ajuste del Sector Exterior
La gran debilidad de la economía española en sus relaciones económicas con el exterior está en el comercio de mercancías. Cuando los problemas son persistentes y profundos es necesario llevar a cabo políticas a largo plazo: aumentando la productividad del trabajo, incorporando el progreso técnico, cambios en la especialización productiva, mejoras en las infraestructuras. Sin embargo, la mayoría de las veces, las políticas más utilizadas son a corto plazo, dirigidas por el lado de la demanda. Estas medidas son de dos tipos:
1) Medidas de desviación del gasto:
Desviar la demanda hacia productos nacionales. Existen dos medidas de desviación del gasto:
- Aranceles y otras barreras a las importaciones, las cuales España ha utilizado mucho. Desde nuestro ingreso en la UE tenemos que distinguir: comercio con los socios europeos (cuyo 70% está libre de protección arancelaria), y comercio con terceros (actúa de manera unilateral porque la política comercial con los terceros es algo común, haciéndolo la UE en el seno de la OMC).
- Devoluciones de tipo de cambio: España ha recurrido en muchas ocasiones a devoluciones de la peseta para encarecer las importaciones y abaratar las exportaciones. Parte de las importaciones se verán frenadas si existe producción nacional, pero una parte de las importaciones españolas necesitan seguir comprándose (como hidrocarburos o maquinaria avanzada) que se adquiere a un mayor precio, por tanto, mayor déficit. A lo que hay que añadir que la subida de precio del petróleo provoca inflación.
2) Medidas de contención del gasto:
A través de dos políticas:
- Monetaria: aumentan los tipos de interés y no tenemos autonomía. Esta política la ejerce el BCE con el objeto fundamental de controlar la inflación.
- Fiscal: contener el gasto público, aumentar los impuestos.
Finales del Siglo XIX hasta la Primera Guerra Mundial
Es una época dorada, sin graves perturbaciones ni desequilibrios.
Hay una ausencia de intervención del sector público en la economía, que se tradujo en:
- Libre comercio (librecambio): favorecido por los adelantos técnicos (transportes y comunicaciones, barco de vapor, ferrocarril, telégrafo, canal de Suez), la colonización de nuevos espacios, porque era la política comercial que más interesaba a Reino Unido (por su escasez de materias primas, superioridad tecnológica, por su marina mercante), y por la influencia de las ideas diferidas por Adam Smith y David Ricardo.
- Sistema monetario del patrón-oro: Las monedas eran convertibles en oro. El oro era el medio de pago internacional. La oferta monetaria estaba ligada a las reservas de oro. Las consecuencias fueron:
- Un gran crecimiento del comercio mundial (sobre todo entre Europa y América) con un gran protagonismo de los alimentos, que rondaba el 60%.
- Crecimiento de los movimientos de capitales.
- Movimientos migratorios.
- Sin embargo, había una gran concentración de la actividad, sobre todo de la inversión, en pocos países. Reino Unido, Francia y Alemania representaban casi el 75% de las inversiones del mundo. Reino Unido era el taller del mundo y Londres era el centro financiero mundial.
El Período Entreguerras
El orden económico mundial de la etapa anterior no pudo resistir varios hechos: el estallido de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), la Gran Depresión, la Segunda Guerra Mundial, la perturbación en la economía mundial que suponía las deudas por los precios. Ello se tradujo en:
- Una contracción de la actividad económica y el consiguiente incremento del paro.
- Movimientos inflacionistas de intensidad extraordinaria (Alemania).
- El sector más dañado fue el comercio mundial, debido a la renta de la actividad, pero sobre todo el incremento del proteccionismo.
- Incremento de los aranceles.
- Proliferación de las barreras no arancelarias.
- Controles de cambios.
- Devaluaciones competitivas.
La Crisis del Petróleo (1973-1985)
Primera etapa 1973-1979:
En 1973 el abandono del sistema de tipos de cambio fijo de Bretton Woods y la subida espectacular del precio del petróleo y de otras materias primas generaron una gran distorsión en los países desarrollados preparados para producir energía barata. Además se dan divergencias en las respuestas para hacer frente a la crisis. El sistema financiero tuvo que reciclar los importantes fondos que los países exportadores de petróleo colocaron en los bancos occidentales, los llamados petrodólares. La banca occidental ofrecía préstamos a tipos de interés bajísimos (tipos de interés reales negativos) que se dirigieron fundamentalmente hacia los PED, cuya mayoría se endeudaron con contratos a tipo de interés variable. Hay una clara división entre los PED que tienen petróleo y otras materias primas, y los que no. Empiezan a emerger con fuerza potencias entre los PED: China, India y Brasil. La debilidad de los organismos económicos internacionales para imponer disciplina hizo que surgiera el G7 en 1975, que es una especie de foro de coordinación de políticas económicas entre los principales países.
Segunda etapa 1979:
Se produce una segunda subida del precio del petróleo. Los países desarrollados reaccionaron con unas duras políticas de ajuste (elevar el proteccionismo y elevar el tipo de interés). La crisis de comienzos de los 80 afectó muy gravemente a los PED que se habían endeudado a tipo de interés variable. A comienzos de los 80 los tipos de interés subían espectacularmente y con ello surge el problema de deuda externa. Las diferencias entre países desarrollados y los que están en desarrollo se agudizaron. Los países exportadores de petróleo, que habían amasado una gran fortuna, no la emplearon en mejorar las condiciones de vida de sus países, sino que en muchos casos la destinaron a adquirir un importante potencial bélico. Con ello llegó la inestabilidad en ciertas zonas a la que contribuyó el florecimiento del fundamentalismo islámico.