La Nueva Economía Clásica y las Expectativas Racionales

La Nueva Economía Clásica

La nueva economía clásica se desarrolló en un marco de altos niveles de inflación y desempleo vigente en los años setenta y la correspondiente insatisfacción con la ortodoxia keynesiana prevaleciente.

La nueva economía clásica hace una crítica más profunda al sistema teórico keynesiano que la realizada por el monetarismo. Los nuevos economistas clásicos han criticado la estructura teórica keynesiana y la consideran como fundamentalmente defectuosa. Estos economistas afirman que deberíamos recurrir a la metodología de la economía clásica como base para construir modelos macroeconómicos útiles.

Teorema de la Ineficacia de la Política Económica

Dentro de la nueva visión clásica, las acciones sistemáticas de política monetaria y fiscal que cambian la demanda agregada no afectarán la producción ni el empleo, aun en el corto plazo. Esto es lo que se ha denominado teorema de la ineficacia de la nueva política económica clásica.

El principio central de la nueva economía clásica es que la estabilización de variables reales como la producción y el empleo no puede lograrse mediante políticas que afecten la demanda agregada. Tales variables, tanto en el corto como en el largo plazo, son insensibles a la aplicación sistemática de políticas económicas sobre la demanda agregada. Las acciones sistemáticas de política monetaria y fiscal que cambian la demanda agregada no afectarán la producción ni el empleo, aun en el corto plazo; esto es el teorema de la ineficiencia de la nueva política económica clásica.

Las Expectativas Racionales

Los nuevos economistas clásicos critican el supuesto acerca de la formación de expectativas sobre los precios. Esta formulación supone que los trabajadores forman sus expectativas sobre el nivel agregado de precios corrientes con base en el comportamiento de los precios en el pasado, argumentando que los agentes económicos no cometerán tales errores en forma sistemática.

Según la hipótesis de las expectativas racionales, las expectativas se forman con base en toda la información disponible relevante sobre la variable que se predice. Además, sostiene que los individuos utilizan en forma inteligente la información disponible; es decir, ellos comprenden la forma en la cual las variables observadas afectarán la variable que tratan de predecir.

Los nuevos economistas clásicos se preguntan: ¿Por qué los agentes económicos racionales, al formar sus expectativas de precios, actuarían de esta forma cuando en general este comportamiento los lleva a estar sistemáticamente equivocados cuando se desplaza la demanda agregada? Por lo que argumentan que no cometerán tales errores en forma sistemática, ya que sugieren que los agentes económicos deben formular expectativas racionales. Según la hipótesis de las expectativas racionales, las expectativas se forman con base en toda la información disponible relevante sobre la variable que se predice. Además, sostiene que los individuos utilizan en forma inteligente la información disponible; es decir, ellos comprenden la forma en la cual las variables observadas afectarán la variable que tratan de predecir.

Puede establecerse un contraste útil entre la naturaleza retrospectiva de las expectativas en el modelo keynesiano y la naturaleza anticipativa de las expectativas racionales. Las expectativas son retrospectivas por cuanto la expectativa de una variable como el nivel de precios se ajusta al comportamiento en el pasado de la variable. Suponemos que el cambio de política económica fue previsto; esto sucede cuando el gestor de la política económica anuncia el cambio de política, el público puede prever el cambio.

Diferencias entre el Análisis Clásico y Keynesiano

La diferencia fundamental entre el nuevo caso clásico y el caso keynesiano tiene que ver con las variables que determinan las posiciones de las curvas de oferta de trabajo y oferta agregada.

El nuevo análisis clásico difiere del keynesiano o monetarista en que al incluir el supuesto de las expectativas racionales, el cual asume que los oferentes de trabajo perciben correctamente el incremento en los precios que será una consecuencia del aumento en el stock de dinero. Ellos demandan salarios monetarios proporcionalmente más altos.

Si las expectativas son racionales, los oferentes de trabajo no pueden ser sistemáticamente engañados por cambios previstos en la política de la demanda agregada; estas acciones de política económica no afectarán la producción ni el empleo, aun en el corto plazo.

Lucas, Sargent y la Teoría Clásica

Lucas, Sargent y otros consideran que el sistema clásico se construyó en forma más cuidadosa a partir de una teoría de decisiones individuales racionales por parte de las familias y las empresas. Critican la hipótesis de Keynes acerca de que los salarios son rígidos; ellos interpretan esta hipótesis en el sentido de que los salarios se fijan en un nivel o por medio de un proceso que podría considerarse como no influenciado por las fuerzas macroeconómicas que él proponía analizar. Apoyan la visión clásica de que los mercados, incluyendo el mercado de trabajo, se equilibran; los precios, incluyendo el salario (que es el precio del trabajo), varían para igualar la oferta y la demanda. Argumentan que:

  1. Los agentes optimizan; es decir, ellos actúan en su propio interés.
  2. Los mercados se equilibran.

Objeciones Keynesianas a la Nueva Economía Clásica

Las áreas en las cuales los keynesianos han planteado objeciones a la nueva economía clásica son:

El Problema de la Persistencia

El concepto de las expectativas racionales podría explicar las desviaciones que el empleo presenta con respecto al nivel de pleno empleo. Los keynesianos afirman que es inadecuada para explicar las desviaciones persistentes y significativas del pleno empleo. Las respuestas de los nuevos economistas clásicos es que aunque la causa del desempleo sea un cambio de corta duración e imprevisto en la demanda agregada, no hay razón para que los efectos de tal shock no persistan. Pero los keynesianos no se convencen de que la lentitud en el proceso de ajuste sea una explicación suficiente del desempleo severo y prolongado.

Supuestos Extremos sobre Información de las Expectativas Racionales

Los keynesianos aceptan las críticas que hacen los nuevos economistas clásicos acerca de la formulación de las expectativas de precios. Argumentan que se equivocan al suponer que los agentes económicos son pronosticadores no prácticos y complejos, especialmente cuando se suponen las expectativas racionales para los oferentes individuales de trabajo. Critican el supuesto de que los individuos utilizan toda la información relevante; tal supuesto ignora los costos de reunir dicha información.

Conclusión

En conclusión, podemos resaltar que la teoría de las expectativas racionales supone que los individuos utilizan en forma inteligente la información disponible. Los keynesianos niegan que los oferentes individuales de trabajo posean este tipo de conocimiento, tanto sobre el funcionamiento de la economía como sobre los patrones de comportamiento de los gestores de la política económica. La hipótesis de las expectativas racionales podría ser realista en un modelo de equilibrio en el largo plazo, pero los keynesianos afirman que esta hipótesis no es realista en el corto plazo.
Si las expectativas no son racionales, la política económica tiene un rol en el manejo de la demanda agregada orientada a estabilizar la producción y el empleo.

Por otro lado, los keynesianos consideran como razonablemente correcta la hipótesis de las expectativas racionales cuando esta se aplica a los gestores de la política económica, quienes pueden diseñar cambios de política para neutralizar lo que para el público son cambios imprevistos en la demanda agregada del sector público.

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