En su obra «Investigación sobre la naturaleza de la riqueza de las naciones» de 1776, Adam Smith elabora un sistema de funcionamiento de la economía que se puede sintetizar en los siguientes elementos principales:
A) Origen, Desarrollo y Distribución de la Renta
La obra se inicia con un análisis de las causas de las mejoras del poder productivo del trabajo, que inmediatamente se señala como la condición principal del crecimiento de la riqueza real. La división del trabajo es el proceso mediante el cual una determinada operación productiva se subdivide en cierto número de operaciones separadas, cada una de ellas realizada por individuos distintos.
Con la división del trabajo aumenta la habilidad del trabajador, se reducen los tiempos muertos vinculados a la transferencia del trabajador de una actividad a otra y, sobre todo, se incentiva la actividad de investigación tecnológica. La división del trabajo está limitada por la extensión del mercado, desde el momento en que solo resulta posible cuando se puede producir para un mercado lo suficientemente grande, y únicamente puede intensificarse si el mercado se halla en expansión. El mercado resultará tanto mayor:
- Cuanto más desarrollados sean los sistemas de transporte y comunicación.
- Cuanto más difundidos estén los sistemas crediticios y monetarios que facilitan la comercialización de los productos.
- Cuanto más intenso sea el crecimiento del volumen de producción.
Según Smith, en la sociedad capitalista existe un mecanismo acumulativo que opera según la siguiente secuencia: división de trabajo, crecimiento de la producción, extensión de los mercados, intensificación de la división del trabajo, aumento de la productividad laboral, y así sucesivamente, un auténtico círculo virtuoso de desarrollo. La división del trabajo es la que pone en marcha el proceso de crecimiento; la acumulación de capital es la que lo alimenta.
Smith subdividió el capital en:
- Capital fijo, consistente en maquinaria, instalaciones, edificios.
- Capital circulante, el empleado en comprar materias primas y en pagar trabajo y energía. Los fondos de salarios son la parte del capital circulante que sirve para remunerar el trabajo.
La teoría de la distribución de la renta entre las clases sociales desempeñó un papel fundamental en la teoría smithiana del desarrollo. Las tres clases fundamentales serían los capitalistas, los trabajadores y los terratenientes, que se diferencian entre sí tanto en el tipo de requisitos productivos que poseen (capital, trabajo y tierra) como en la forma que adoptan sus respectivas rentas, que serían beneficios, salarios y rentas de la tierra. La conexión entre los tipos de requisitos productivos poseídos por las diversas clases y el modo en que gastan sus rentas constituye la esencia de la teoría de la acumulación de Smith.
- Los terratenientes, que no poseen capital productivo, no están interesados en su crecimiento y carecen de estímulo para ahorrar y acumular capital. Su propensión al ahorro es nula, como lo es su contribución al incremento de la riqueza nacional.
- Los trabajadores, por su parte, únicamente poseen su trabajo y su salario real se iguala al nivel de subsistencia; y con una renta de subsistencia, la propensión al ahorro no puede ser sino nula. Por ello, ni siquiera los trabajadores realizan una contribución positiva al incremento de la riqueza de la nación, pero sí al incremento de la producción.
- Los capitalistas poseen el capital productivo y aspiran a su ampliación, por lo que tendrán una elevada propensión al ahorro, y de ahí que, cuanto mayor sea la renta nacional que corresponda a beneficios, más alto será el ritmo de crecimiento de la riqueza de la nación.
B) El Valor de las Cosas
Adam Smith empezaba por distinguir:
- El valor de uso: Tenía un concepto ambiguo, puesto que el poder de una mercancía para satisfacer deseos o la utilidad que se obtiene por poseer o consumir un bien. Él pensaba, en cualquier caso, en la utilidad total obtenida y así no pudo obtener una solución satisfactoria a la paradoja que él mismo reflejó en los diamantes y el agua. Pero la utilidad marginal no sería entendida por los economistas hasta después de 1870.
- El valor de cambio: Es el poder de una mercancía para comprar otros bienes, es decir, su precio, que es una medida objetiva expresada en el mercado.
Para determinar los factores que influyen en los precios, desarrolló tres teorías distintas sobre ellos:
- Una basada en la cantidad de trabajo que se puede comprar.
- Otra basada en el coste de producción.
- Y una teoría de valor basada en el coste del trabajo.
Y postuló dos estados distintos de la economía, en los que estos tendrían validez o no:
A) Estadio Primitivo
En una economía en la que no hay apropiación privada de la tierra y donde prácticamente no hay capital, los bienes son libres y el valor depende del trabajo necesario para producir cada bien. Así, el bien tendría un valor acorde con los salarios pagados, pero formuló otra teoría basada en la cantidad de trabajo que se puede comprar. Para Smith, el valor de un bien para los que poseen o quieren intercambiarlo por algunos otros productos es exactamente igual a la cantidad de trabajo que pueden comprar o de la que pueden disponer. Además, formuló su división de la doctrina de fondo de salarios (importante instrumento de los economistas clásicos): se supone que hay un fondo fijo de capital destinado a pagar salarios: como el proceso de producción lleva tiempo, tiene que haber bienes producidos anteriormente para la subsistencia de los trabajadores, entre el inicio del proceso y la venta final. Su fuente es el ahorro de los capitalistas. El salario sería el cociente entre el fondo de salarios y la población trabajadora.
B) Estadio Avanzado
En este estado ya se han apropiado particularmente de la tierra y se ha acumulado capital: los precios finales reflejan los salarios, los rendimientos del capitalista en forma de beneficios y la renta de la tierra del terrateniente. Y llegó a la conclusión de que en una economía avanzada no podía aplicarse ninguna teoría del valor del trabajo, sino una basada en el coste de producción, considerando que en los beneficios entran tanto lo que se entiende hoy por ellos como los intereses.
«¿Qué determinaría ese coste de producción?» En los casos en los que Smith suponía que los costes medios de producción varían con el volumen de la producción, los precios dependen tanto de la oferta como de la demanda, pero en su análisis puso el énfasis en una situación de curva de producción (oferta) completamente elástica cuando se analiza a largo plazo. Sostenía, así pues, que cuando hay competencia, los intereses personales del hombre de negocios, del trabajador y del terrateniente dan como resultados unos precios naturales que son iguales al coste de producción.
En suma, creía que los precios de mercado a corto plazo son determinados por la oferta y la demanda, pero que los precios naturales o de equilibrio a largo plazo dependen de los costes de producción, aunque a veces afirmó que también dependen tanto de la oferta como de la demanda.
C) Mercado y Competencia
La teoría del trabajo exigido desempeñó un importante papel en la teoría smithiana del crecimiento: una condición necesaria para la existencia de una tasa de crecimiento positivo es que el trabajo exigido por el producto neto sea superior a la cantidad de trabajo empleada para producirlo. Solo en este caso podría existir el excedente necesario para sostener la acumulación de capital. El precio de mercado depende de las fuerzas de la oferta y de la demanda. En presencia de un exceso de demanda, el precio de mercado aumentará, mientras que disminuirá si la oferta es superior a la demanda. Sin embargo, el precio natural es, en cierto sentido, el precio central alrededor del cual gravitan continuamente los precios de todas las mercancías; esto sucede precisamente a causa de la competencia, que regula el funcionamiento de los mercados. El proceso de ajuste es parte del mecanismo de mercado mediante el que la economía se ajustaría a su verdadero equilibrio natural.
Las condiciones que limitan hasta el máximo la capacidad de los agentes para influir en el precio en provecho propio son:
- El interés personal es la fuerza que mueve el sistema, la fuerza que impide sumirse en el caos.
- El elevado número de operadores.
- El conocimiento de las condiciones de precio por parte de los compradores y los vendedores (transparencia).
- La movilidad de los capitales y la ausencia de barreras de acceso.
Bajo todas estas condiciones, las fuerzas de mercado harán que se produzca precisamente aquellas mercancías y precisamente en aquellas cantidades que mejor satisfagan la demanda final. En esta concepción, el mercado es su propio guardián y se autorregula completamente. Se trata del teorema smithiano de la mano invisible, que afirma:
- La producción permite ofrecer aquellas mercancías que demandan los consumidores.
- Los métodos productivos elegidos son los más eficientes.
- Las mercancías se venden al precio más bajo posible, es decir, a aquel que representa lo que realmente cuesta la mercancía a la persona que la lleva al mercado.
Las Dos Almas de Smith
Existen dos componentes distintos en la teoría económica smithiana:
Macroeconómico
Su núcleo central sería el teorema del excedente y que haría referencia a los agentes económicos colectivos, clases sociales, los tipos de renta y las formas de gasto. Este constituye la base de la teoría del crecimiento y fue elaborada, en efecto, en un intento de adaptar el análisis de Quesnay a una economía no estacionaria.
Microeconómico
Se fundamenta en el equilibrio económico individualista y haría referencia a los individuos, como podrían ser los compradores y los vendedores. Constituye el fundamento de la teoría de la mano invisible, la idea de la economía capitalista competitiva como orden económico natural, de la teoría aditiva de los precios en conexión con la explicación del beneficio como remuneración del riesgo y de la teoría de los diferenciales salariales.
Para entender hasta qué punto estos dos componentes de la teoría de Smith son verdaderamente distintos y, sin embargo, se hallan vinculados entre sí, resulta conveniente observarlos aplicados a un problema específico: el de la explicación de la naturaleza del trabajo y el nivel de su retribución.
El trabajo es el primer precio, la originaria moneda con la que se pagan todas las cosas, y su valor para quien las posee o necesita intercambiarlas con algún nuevo producto es exactamente igual a la cantidad de trabajo que estas le permiten comprar o exigir. Es decir, el valor de las cosas depende del esfuerzo y de la molestia que puedan ahorrarle (penalidad o utilidad).
La Ortodoxa Smithiana
Casi todos los seguidores de Smith hasta la época de las guerras napoleónicas de los años 1820 desarrollaron las ideas de Smith vinculadas a la teoría del equilibrio competitivo individualista en un ambiente de optimismo que acompañaba a la gran expansión económica de la Primera Revolución Industrial.
Bentham
Lo podemos considerar como el padre del utilitarismo, y es que tiene una nueva manera de concebir la motivación de las acciones humanas. Los individuos ya no son concebidos como partes integrantes de un todo interdependiente, sino como átomos sociales en pugna con las fuerzas interpersonales e inmutables del mercado. Basándose en esta concepción de los individuos, afirma que cualquier motivación humana, en cualquier tiempo y lugar, puede explicarse mediante un único principio: el deseo de maximizar la utilidad, y entendiendo la utilidad como aquella propiedad de un objeto cualquiera de producir beneficios, ventajas, placer, bien o felicidad, o de impedir el sufrimiento, el mal o la infelicidad a aquel cuyo interés se trate. Pero no solo es el hedonismo lo que mueve las acciones humanas, sino también el egoísmo: en condiciones normales de vida, en cada corazón humano, el interés propio predomina sobre todos los demás intereses juntos. El interés propio tiene sitio en todas partes.
Smith había rechazado la concepción según la cual el valor de cambio se explica por la utilidad de los bienes por el simple hecho de la paradoja del agua y de los diamantes: el agua posee un elevado valor de uso y un bajo valor de cambio, al contrario de los diamantes. Sería más tarde cuando los economistas neoclásicos explicarían que no es la utilidad total de un bien la que determina el valor de cambio, sino que sería la utilidad marginal o, lo que es lo mismo, el incremento de utilidad que se deriva de un pequeño incremento de la disponibilidad de un bien.
Say
Se encargó de mezclar de modo insólito las dos tesis fundamentales de la teoría smithiana del valor: por un lado, tuvo en cuenta la dependencia de la demanda, que es la encargada de determinar los precios de mercado, y, por otro lado, la dependencia de las condiciones de producción (oferta), que determinarían los precios naturales. Juntando estas dos visiones, elabora una teoría en la que el valor de las mercancías dependería de las fuerzas de la demanda y de los costes de producción. De la primera daría cuenta la utilidad de los bienes y de los segundos la dificultad para ofrecerlos.
Pero la más importante aportación de Say fue el concepto de la imposibilidad de un exceso de oferta, que se conoció como la famosa «Ley de Say» o Ley de los mercados: la oferta siempre crea su propia demanda, puesto que el valor de la producción global siempre es igual al valor global de las rentas distribuidas, que además siempre se gastan. De esta manera, el valor de compra generado por la producción no es solamente demanda potencial, sino demanda efectiva. Se elimina la posibilidad de la existencia de crisis generalizadas y duraderas o situaciones de sobreproducción.
Malthus
Sería el autor que representara el pesimismo de la escuela smithiana, puesto que, según él, la libertad preconizada por Smith y sus consecuencias, que sería el crecimiento económico, no haría más que producir un aumento mayor de la población que de la producción. Es lo que se conoce como un aumento de la población de manera exponencial y de un aumento de la producción de manera aritmética. Pero la solución propuesta no sería la vuelta a los controles de carácter mercantilistas, sino que la solución pasa por un componente liberal y religioso que presupone:
- La eliminación de la beneficencia.
- La eliminación de la ayuda a los pobres (las «leyes de los pobres»).
- Retrasar la edad de matrimonio de los pobres, porque en realidad en ellos la fertilidad es siempre más alta que en los ricos.