Estrategias de Localización
Introducción
Las decisiones de localización pueden surgir de diversas situaciones, no siempre implicando la apertura de una nueva planta. Existen tres posibilidades básicas (Schmenner, 1979):
1. Expansión de una Instalación Existente
Ampliar las instalaciones actuales es la forma más común de aumentar la capacidad, siempre que haya espacio suficiente. El uso de modelos cuantitativos para evaluar inversiones contribuye a la popularidad de esta alternativa, debido a una menor inversión inicial y rendimientos más rápidos (Hayes y Garvin, 1982). Además, presenta menos problemas al evitar la dispersión de la mano de obra existente y las repercusiones económicas de la localización de productos o procesos en distintas fábricas (Schmenner, 1979).
La búsqueda del crecimiento, propia de algunas estrategias competitivas, se vincula a la obtención de economías de escala y alcance. Sin embargo, el tamaño no garantiza los beneficios de la escala, solo la oportunidad de alcanzarlos. Obtener economías de escala requiere estrategias y acciones para aprovechar la oportunidad y reducir costes (Abell y Hammond, 1979). Una mayor dimensión puede ocasionar deseconomías de escala por el aumento de los costes de coordinación y la ineficiencia en la gestión de unidades más grandes. Además, permanecer en el mismo lugar puede posponer la introducción de nuevas tecnologías, manteniendo equipos obsoletos y procedimientos anticuados.
La tendencia actual es limitar el tamaño de las fábricas con dos objetivos:
- Disminuir la jerarquía y desarrollar una estructura flexible que fomente la innovación y la rápida reacción a los cambios.
- Facilitar el contacto directo entre dirección y trabajadores, motivando a estos y manteniendo a los directivos informados.
Los cambios tecnológicos también pueden inducir una reducción del tamaño, permitiendo trabajar a pequeña escala con costes reducidos, incorporando nuevos productos y modificando los actuales para adaptarse a los cambios de la demanda.
2. Cierre y Apertura en Nuevas Ubicaciones
Esta opción genera grandes costes, por lo que se deben comparar los beneficios de la relocalización con los de permanecer en el lugar actual. Las relocalizaciones pueden ser traumáticas para directivos y trabajadores, por lo que se evitan en lo posible.
3. Apertura de Nuevas Instalaciones Manteniendo las Actuales
Esta posibilidad implica instalaciones múltiples. Las plantas pueden ser independientes o formar una red logística donde cada una cumple una función. La localización se vuelve interdependiente, y las decisiones forman un conjunto complejo que debe determinar: a) número de instalaciones; b) tamaño de cada una; c) operaciones, productos o actividades; d) relaciones e intercambios entre ellas; y e) ubicación.
Al seleccionar una estrategia, se distinguen dos posibilidades: 1) una única instalación; 2) varias instalaciones (en la misma o distinta localización), especializadas o no. Se identifican cinco tipos de fábricas según su función en la red logística (Schmenner, 1979): fábrica de aplicaciones generalizadas, fábrica de producto, fábrica de área de mercado, fábrica de producto-mercado y fábrica de proceso. Cada tipo tiene presiones de costes y consideraciones directivas. Una empresa puede combinar varios tipos.
Fábrica de Aplicaciones Generalizadas
Empresas multiproducto con una única planta la dedican a toda su gama de productos. Deben ser flexibles para adaptarse al mercado. Empresas con múltiples instalaciones pueden usarlas como colchón o para introducir nuevos productos, buscando economías de alcance.
Fábrica de Producto
Fabrica una línea de producto para todo el mercado. Permite a la dirección concentrarse en las prioridades competitivas, con un proceso productivo acorde al objetivo. Elimina la sobredimensión por la variedad de productos y permite ventajas en costes por experiencia y escala. Sin embargo, puede generar altos costes de transporte. Potencia una organización descentralizada con un staff reducido.
Fábrica de Área de Mercado
Plantas multiproducto que sirven a una zona geográfica, reduciendo costes de transporte. Es la mejor opción si los productos se consumen en una zona extensa y el mercado requiere una respuesta rápida. Su gestión es más compleja que la de producto, con un staff mayor y problemas de coordinación. Los directores tienen menos autonomía. Para mayor eficiencia, debería concentrar la fabricación de productos que permitan economías de alcance.
Fábrica de Producto-Mercado
Combina elementos de las fábricas de producto y de área de mercado, aprovechando las ventajas de ambas y reduciendo desventajas. Favorece la obtención de beneficios por experiencia y escala con costes de transporte razonables, pero no facilita las economías de alcance.
Fábrica de Proceso
Empresas con productos complejos separan sus procesos en fábricas especializadas que actúan como proveedoras, culminando en una o varias fábricas de montaje. Exigen una coordinación detallada para acoplar la producción y ensamblar los productos finales. La toma de decisiones es centralizada, con una alta dirección técnica que controla y coordina materiales y productos entre fábricas. Las plantas de proceso se ubican para facilitar el traslado entre ellas, reduciendo costes de transporte. Son vulnerables a huelgas o desastres naturales.