La Revolución Industrial como Primera Experiencia del Moderno Crecimiento Económico
El Pionero Papel de Gran Bretaña
Gran Bretaña fue el primer país en transformar su economía en una economía industrial. Logró, por primera vez, transformar una economía tradicional de base agraria en una de clara economía industrial. Para ello, se introdujeron una serie de innovaciones técnicas desde la segunda mitad del siglo XVIII con relativa continuidad, primero en el sector textil y, a continuación, en otros sectores que imitaron a este primero. Esto supuso una novedad en la utilización de energías para la producción, la especialización de la mano de obra y el estímulo para innovar. Un primer ejemplo fue el aumento de la producción gracias a la máquina de hilar (1760-80), que multiplicó el rendimiento manual anterior.
Avances en Siderurgia y Transporte
En una segunda etapa, le seguirían otros avances en sectores como la siderurgia o el transporte y, sobre todo, el ferrocarril, que requirió mayores inversiones. La transformación más importante fue convertir las materias primas en otras, como el carbón y el hierro.
La Máquina de Vapor como Nueva Fuente de Energía
Se introdujo una nueva fuente de energía: el vapor (energía barata y abundante). En la siderurgia, el hierro abundante, de calidad y barato, eliminó la dependencia de la madera, que era escasa y poco adaptable. El hierro permitió trabajos de ingeniería y la creación de una multitud de objetos o máquinas, también resultados de más innovaciones notables. Por ejemplo, se eliminó el hierro tradicional o hierro colado y fue sustituido por otro tipo siderúrgico de más rendimiento, el llamado hierro dulce.
Crecimiento de la Productividad
Lo fundamental de todo ello (energía, materiales, técnicas…) fue el impacto en la productividad. La productividad del trabajo en este país creció en torno al 1,2% anual, la productividad de los factores en torno al 0,9% anual y las existencias de capital por hora hombre crecieron en un 1,6% anual.
Inversión de Capital, Distribución de la Renta y de la Riqueza
El Ritmo de Formación de Capital
Otro factor imprescindible de nombrar en este análisis es el ritmo de formación de capital, es decir, de dónde surge el stock de capital para financiar estas nuevas necesidades de inversión. Autores como Rostow han establecido teorías para señalar lo que se conoce como el despegue (take off). Rostow dice que este despegue se produce cuando se alcanza una inversión equivalente al 10% de la renta nacional; si no se llega a ese porcentaje, la economía no tiene dinamismo suficiente. Con respecto a la formación de capital, hay que aclarar el papel desempeñado por el sistema bancario en la demanda de capital.
Alternativas de Financiación en el Planteamiento Industrial
En un planteamiento industrial, caben tres alternativas:
- La llegada de capital del exterior para satisfacer el mayor gasto inversor. En el caso inglés, no se utilizó esta alternativa.
- La participación del poder público en estos gastos. Tampoco tuvo importancia esta vía, dado que en esta época los gobiernos ingleses habían asumido la doctrina liberal que recomienda no intervenir en la actividad económico-privada.
- El sector privado resolvió las necesidades inversoras mediante tres alternativas:
- Hipotecando las propias tecnologías o negocios.
- Mediante préstamos en un entorno cercano (familiares o conocidos).
- Recurriendo a créditos en los bancos con los cuales había proximidad.
El Papel del Sistema Bancario en la Industrialización
Desde este último punto, hay que plantearse la función del sistema bancario en este proceso de industrialización. La banca inglesa tenía seguridad en el riesgo y los nuevos negocios, unos planteamientos de capital claramente distintos (el inglés era limitado pero eficiente). Estaba formado por:
- Bancos de provincia: Emitían moneda y atendían a las solicitudes.
- Bancos de la capital: Mayor volumen de capital, dirigidos a banqueros privados, para solicitudes de mayor volumen.
- El Banco de Inglaterra: No intervenía en los negocios privados, únicamente en operaciones solicitadas por el gobierno.
Con este sistema, se puede afirmar que, si a diferencia de otros modelos industriales posteriores la banca inglesa no tomó la iniciativa para la expansión industrial, no por ello se puede afirmar que no atendiera necesidades inversoras, ya que quizás atendiera necesidades de forma muy selectiva. Ahora bien, en aquellos negocios que requerían más capital (ferrocarriles), los bancos podían interesarse por estas nuevas oportunidades colaborando en la liquidez y en la colocación de títulos.