Las cuentas anuales
Al final de cada ejercicio económico, la empresa debe elaborar sus cuentas anuales:
- Balance de situación: Debe reflejar con claridad y exactitud la situación económico-financiera de la empresa y los beneficios o pérdidas obtenidos.
- Cuenta de resultados: Documento que recoge los componentes del resultado del ejercicio.
- Estado de cambios en el patrimonio neto: Recoge las variaciones producidas en la composición del patrimonio neto.
- Memoria: Amplía la información recogida en los anteriores y contiene explicaciones complementarias e información detallada de hechos y circunstancias significativas que ayudan a entender las informaciones del resto de cuentas anuales.
Ratios financieros
Ratio de liquidez o solvencia a corto plazo
Mide la relación entre el activo corriente y el pasivo corriente o exigible a corto plazo. Para que no haya problemas de liquidez, su valor debe estar aproximadamente entre 1,5 y 2. Es decir, el activo corriente debe ser mayor que el pasivo corriente, para lo que se espera cobrar durante el año sea mayor que lo que se espera pagar durante ese periodo.
Ratio de tesorería (Test ácido o distancia a la suspensión de pagos)
Relaciona el realizable más el disponible (las partidas de activo corriente con más liquidez) con las deudas a corto plazo. Su valor óptimo debe estar cerca de la unidad, aunque se consideran valores adecuados comprendidos entre 0,75 y 1. Es decir, el realizable y el disponible deben cubrir, aproximadamente, las deudas a corto plazo. Si estuviera por debajo de 0,75, nos avisaría del riesgo de carencia de efectivo para atender los pagos inmediatos. Valores superiores a 1 indican que la empresa dispone de exceso de tesorería o exceso de recursos ociosos, por lo que habría que valorar la conveniencia de reducir el realizable o el disponible.
Ratio de disponibilidad o tesorería inmediata
Relaciona el disponible con las deudas a corto plazo. Indica los recursos “líquidos” de que dispone la empresa, que deben suponer (como mínimo) un 10% de las deudas a corto plazo, aunque depende mucho del tipo de empresa y de los vencimientos existentes. Se consideran valores adecuados los situados entre 0,1 y 0,3. Valores superiores indican exceso de tesorería (recursos ociosos).
Ratio de garantía
Se refiere a la capacidad de las propiedades (activos) de la empresa para hacer frente a las deudas contraídas. Mide la garantía o seguridad que tienen los acreedores de cobrar, tanto a corto como a largo plazo. Se recomiendan valores entre 1,5 y 2,5. Si su valor es menor a la unidad, la empresa está en quiebra técnica (por eso este ratio se llama también “distancia de la quiebra”), pues ni aun vendiendo todos sus activos la empresa podría pagar sus deudas.
Ratio de endeudamiento o exigibilidad
Analiza el peso de las deudas sobre el total de recursos financieros utilizados. Su valor no debe superar 0,5, pues valores superiores indican que las deudas son superiores a los fondos propios o neto, lo que supone una estructura financiera muy arriesgada.
Ratio de calidad de la deuda
Relaciona las deudas a corto plazo con la totalidad de la deuda. Mientras menor sea su valor, mayor es la calidad de la deuda, pues lo que interesa es tener pocas deudas a corto plazo que son de pago inmediato y ponen en riesgo de suspender pagos a la empresa.
Equilibrio financiero
Equilibrio total
Representa la máxima estabilidad financiera, pues todo el activo está financiado con recursos propios (neto) y, por tanto, no existen deudas (no existe pasivo de ningún tipo). Esta situación no suele darse en la práctica.
Estabilidad financiera
Lo normal es que las empresas financien sus activos no solo con recursos propios, sino también con recursos ajenos, tanto a corto como a largo plazo. Dentro de este supuesto, la situación óptima y más frecuente es la de estabilidad financiera, en la que los recursos permanentes (neto más pasivo no corriente) financian las inversiones del activo no corriente más una parte del activo corriente, por lo que el fondo de maniobra es positivo, garantizando la solvencia de la empresa.
Desequilibrio financiero a corto plazo
Cuando se acumulan deudas a corto plazo por encima de lo deseable, lo que viene indicado por un fondo de maniobra negativo. Esto puede ser una situación transitoria (mala temporada de ventas, impagos de nuestros clientes, etc.), pero si la situación se mantiene en el tiempo, la empresa puede llegar a suspender pagos por no disponer de liquidez para atender sus compromisos. Esta situación requiere una intervención judicial y el sometimiento a un procedimiento legal llamado concurso de acreedores.
Desequilibrio total
La empresa carece de fondos propios, es decir, está descapitalizada como consecuencia de pérdidas persistentes que han ido absorbiendo el neto patrimonial. Esta situación se denomina quiebra técnica (las deudas o pasivos superan al activo) y solo tiene una salida: la liquidación de la empresa. Generalmente no se suele llegar a esta situación debido a que los síntomas de la crisis han tenido que ser evidentes y la contabilidad de la empresa permite a los administradores conocerlos, tomando medidas para evitar la quiebra (solicitar concurso de acreedores como medida de emergencia y evitar que el problema se agrave).