Criterios para Medir la Dimensión Empresarial
Los criterios más utilizados son:
- Número de trabajadores: Se denominan microempresas a aquellas que tienen menos de 10 trabajadores; pequeñas, si tienen menos de 50; medianas, si cuentan con menos de 250; y grandes, si superan los 250.
- Volumen de ventas o ingresos: También conocido como volumen de negocio o facturación. Suele ser el criterio más empleado junto con el anterior.
- Volumen de producción: Se puede medir en unidades físicas o en unidades monetarias.
- Recursos propios o neto patrimonial: Es el capital aportado por los socios más las reservas que ha ido acumulando la empresa.
- Recursos totales o activo total: Incluye tanto los recursos propios como los ajenos.
- Beneficios netos anuales: Es decir, después de deducir intereses e impuestos.
El Proceso de Crecimiento de las Empresas
Los mercados evolucionan y presentan retos y oportunidades que exigen nuevas respuestas por parte de la empresa. En la actualidad, los nuevos retos están relacionados con la globalización de la economía y con la búsqueda de la dimensión adecuada para atender mercados cada vez más amplios y competitivos.
Ventajas del Crecimiento: Las Economías de Escala
La economía de escala se obtiene al disminuir el coste medio (coste por unidad) a medida que crece la empresa y aumenta la cantidad de producción. Las razones que explican estas economías son:
Aspecto Productivo
La gran dimensión posibilita un alto grado de mecanización y permite:
- Aprovechar mejor las ventajas de la división del trabajo y la especialización, con la consiguiente mejora en la destreza y habilidad de los trabajadores.
- Utilizar equipos polivalentes, automatizar los procesos y emplear robots.
Aspecto Comercial
La gran empresa reduce costes en sus compras al hacerlo a gran escala, ya que consigue mejores precios de sus proveedores.
Aspecto Financiero
Las empresas tienen más posibilidades de acceso a las diferentes fuentes financieras y obtienen, además, mejores condiciones.
En conclusión, la gran empresa presenta ventajas económicas que le permiten, como consecuencia del abaratamiento de sus costes, disminuir los precios de sus productos y, por tanto, ser más competitiva en el mercado.
Especialización o Diversificación
En su desarrollo, las empresas pueden crecer por medio de la especialización o a través de la diversificación. En el crecimiento por especialización, la empresa intensifica el esfuerzo en sus productos actuales, mejorándolos y ampliando sus ventas. El crecimiento por diversificación supone una cierta ruptura con la trayectoria de la empresa, al desarrollarse en nuevos mercados y con nuevos productos.
La Estrategia de Especialización
Presenta diversas variantes:
- Penetración de mercados: Consiste en incrementar las ventas de los productos actuales de la empresa entre sus clientes habituales o consiguiendo nuevos clientes.
- Desarrollo de mercados: Con esta estrategia, la empresa introduce sus productos actuales en nuevos mercados.
- Desarrollo de productos: Con ella, la empresa se mantiene en su mercado actual, pero desarrolla nuevos productos relacionados o complementarios a los productos actuales.
La Estrategia de Diversificación
La empresa se diversifica cuando crece añadiendo nuevos productos y nuevos mercados a los ya existentes, ampliando su cartera de negocios. Existen diversas estrategias de diversificación:
- Diversificación horizontal: Se da cuando existe alguna conexión entre los productos nuevos y antiguos de la empresa. Con ella, la empresa añade nuevos productos complementarios de los ya existentes, tratando de ofrecer una gama más diversa para atraer a nuevos clientes.
- Diversificación vertical: Consiste en crecer añadiendo actividades a las actuales, pero dentro del mismo sector. Así, una cooperativa agrícola puede decidir ampliar su negocio creando una red de tiendas para su distribución.
- Diversificación heterogénea: En ella no hay ninguna relación entre los productos nuevos y antiguos. Se trata de explotar oportunidades rentables, aunque no tengan relación con la actividad de la empresa.
Integración Vertical o Subcontratación
La Cadena de Valor
El proceso de elaboración de cualquier producto comprende varias fases. El valor añadido de la empresa es un eslabón de una cadena en la que intervienen diversas empresas, que va desde la extracción de materias primas hasta el consumidor. En esta cadena de valor, la empresa puede especializarse en una de las fases o puede ir añadiendo actividades anteriores o posteriores. Cuando la empresa añade fases y se extiende hacia ambos extremos de la cadena de valor, en unos casos para ser su propio proveedor y en otros su propio cliente, el proceso se conoce como integración vertical. Con ello, la empresa asume la dirección y coordinación de las fases complementarias que se integran.