Condicionantes de la Revolución Industrial
Para que la Revolución Industrial pudiera prosperar, fue necesario que se hubieran producido mejoras significativas en la producción agraria e industrial, en el mercado y en las estructuras políticas. Estas transformaciones, en su conjunto, solo se dieron en Gran Bretaña. Dichas ventajas eran, en parte, de índole natural: Gran Bretaña es una isla con un relieve no demasiado quebrado y dispone de numerosos ríos navegables, además de una considerable riqueza minera, especialmente en carbón y hierro.
El principal condicionante de la Revolución Industrial fue la transformación agraria, es decir, la capacidad de la agricultura británica para alimentar a una población creciente. De igual importancia es la tradición manufacturera. Gran Bretaña fue un país precoz gracias a la difusión rural de la industria; las primeras etapas de la industrialización no son más que la culminación del proceso de protoindustrialización.
La existencia de un mercado previo, ampliable a medida que la oferta permitía poner a la venta una mayor cantidad de bienes a mejor precio, fue crucial. El comercio exterior y las colonias representaron una ampliación del comercio interior, importantes como fuentes de materias primas y como mercado manufacturero. El comercio es, por tanto, un elemento previo clave para la industrialización.
La Revolución Industrial no fue, en sus inicios, un fenómeno global. Es evidente que el estímulo de la demanda tuvo mucho que ver con la dedicación a buscar innovaciones que consiguieran satisfacerla. El objetivo de las primeras máquinas era producir más y más barato. El último condicionante de la Revolución Industrial fue el Estado. Una mejor especificación de los derechos de propiedad y la eliminación (legal o práctica) de las regulaciones de la actividad económica hicieron que el mercado británico se acercara más al libre mercado, con impuestos más bajos y mejor distribuidos que en otros países.
Trabajo, Capital y Empresarios en la Revolución Industrial
El cambio económico se puede desglosar en dos elementos: la variación de la cantidad de factores de producción utilizados y las transformaciones en la manera de utilizarlos.
El Factor Trabajo
La mano de obra no era globalmente escasa, aunque más que la cantidad, lo que interesa es su adaptación a la actividad industrial: la formación de la clase obrera. La prueba de la suficiencia de mano de obra es el mantenimiento de salarios bajos.
El Factor Capital
Gran Bretaña disponía de capital suficiente. El problema no era, por lo tanto, la falta de capital, sino su inversión y, en especial, su inversión en el sector industrial. Las características del factor capital durante la Revolución Industrial fueron:
- La Revolución Industrial se inició con poco capital; la expansión posterior se hizo con la reinversión de los beneficios.
- Durante la Revolución Industrial, la tasa de inversión se duplicó.
- La relación entre capital fijo y capital circulante varió notablemente; con la Revolución Industrial crecieron ambas formas de capital, aunque mucho más el capital fijo.
- Para todo proceso de industrialización o de crecimiento económico es muy importante el capital social acumulado (infraestructuras, etc.).
En definitiva, el capital no parece haber sido un obstáculo, aunque tampoco un estímulo, para la industrialización.
El Papel del Empresario
Se suele definir al empresario como un maximizador de beneficios. Existen dos opiniones sobre los empresarios: los que consideran al empresario como el primer motor y factor principal del desarrollo económico, y los que opinan que en cualquier sociedad existe la proporción correspondiente de empresarios y que, si dicha proporción es baja, el empresario se puede importar.
El empresario es un elemento esencial del progreso económico. Para que una sociedad disponga de un empresariado suficiente y de calidad, debe disponer de una mínima capacidad de ahorro; sin ella, muchos empresarios potenciales se ven ahogados por la falta de capitales.
Consecuencias Sociales de la Revolución Industrial: El Debate sobre los Niveles de Vida
La Revolución Industrial ofrece grandes posibilidades de crecimiento, de enriquecimiento y de ascenso social y, por esa misma razón, genera fuertes desigualdades sociales. La principal consecuencia es la aparición de la clase obrera, como segmento del proletariado. La Revolución Industrial favoreció más las mejoras del salario real que de la calidad de vida.
Innovaciones Técnicas y Transformaciones Económicas
El núcleo de la Revolución Industrial es la innovación tecnológica, un cambio técnico acelerado y sin precedentes, impulsado por la búsqueda de innovaciones que permitan mejorar la productividad. Existen tres formas principales de innovación:
- Aprender a través de la práctica (learning by doing): Los constructores de maquinaria van introduciendo pequeñas innovaciones, especialmente para adaptarlas a las necesidades específicas de cada proceso.
- Aprender a través del uso (learning by using): Los obreros que utilizan las máquinas introducen pequeñas modificaciones o cambios de cualquier tipo que mejoren su funcionamiento.
- Aprender a través del aprendizaje (learning by learning): Hace referencia a la investigación aplicada, es decir, a la generación de conocimiento científico y técnico con el objetivo de mejorar la producción.
Los cambios en la producción consistieron en la sustitución de la actividad humana por la de las máquinas, y en la aplicación masiva de energía producida para mover las máquinas y para el transporte. Esta serie de cambios exigió la concentración de la actividad industrial en la fábrica. El maquinismo permitió un incremento masivo de la producción y de la productividad, con lo cual los costes de producción se redujeron considerablemente.
Con la Revolución Industrial, la energía pasó a ser inorgánica y generada por el hombre, a partir de la transformación de la energía calorífica del carbón en energía cinética de vapor. Los sectores más afectados fueron básicamente tres: el textil algodonero, el siderúrgico y el energético.
Los Tejidos de Algodón
Las primeras innovaciones se utilizaron en el sector textil algodonero, en el proceso del hilado. La lanzadera volante, aunque no debe considerarse estrictamente una máquina, fue un primer paso. La primera máquina, la Spinning Jenny, mecanizaba los procesos de torsión y estiramiento. La característica común de estas primeras máquinas es que todas necesitaban un obrero especializado. En 1825, Richard Roberts automatizó la Mule, que ya no necesitaba de un obrero especializado. Estas máquinas hicieron crecer la producción, y el precio del hilado cayó en picado. La mecanización del hilado y el tejido del algodón tuvo un importante efecto transformador en la industria y en el comercio británicos.
La Siderurgia
En el caso de la siderurgia, la Revolución no consistió en la introducción de nueva maquinaria, sino de nuevos procedimientos con tres fines: abaratar la obtención de hierro mediante la sustitución del carbón vegetal por el carbón mineral, aumentar la cantidad de hierro obtenido y reducir tanto el tiempo como el carbón necesario para los procesos.
La innovación básica en el hierro colado fue la utilización de carbón mineral para fundir el hierro. Años después, utilizando carbón de coque, se consiguió un fundido de alta calidad. La revolución en el refinado del hierro fue obra de Henry Cort, con su doble procedimiento: la pudelación y el laminado. La demanda de hierro se disparó a partir de la construcción del ferrocarril.
La Máquina de Vapor
La innovación más determinante de la Revolución Industrial es la máquina de vapor de James Watt. La máquina de vapor permitía producir energía a partir de la potencia calorífica del carbón y de la fuerza de expansión del agua transformada en vapor. Esto permitió cambiar la localización de las industrias, que ya no tenían que estar a orillas de los ríos. Además de proporcionar la energía necesaria, la máquina de vapor también proporcionó medios de transporte nuevos e igualmente revolucionarios: el barco de vapor y el ferrocarril.
La Minería y la Industria Química
Los principales cambios en estos sectores fueron:
- El paso de obtener productos en el laboratorio en pequeñas cantidades a la fabricación industrial.
- El descubrimiento de nuevos procedimientos para obtener los mismos productos a partir de materias primas más abundantes y baratas.
- El aprovechamiento de subproductos.
- El descubrimiento de nuevos productos químicos.
De todas las innovaciones químicas, la que tuvo una repercusión más rápida fue, sin duda, el gas, y posteriormente, la distribución del gas mediante cañerías y el invento del contador.
El Sistema Fabril
La fábrica se consolidó como la forma de organización de la producción adaptada al maquinismo. La energía se obtenía de un motor único y se transmitía al resto de la fábrica a través de un conjunto complejo de ruedas y poleas que movían todas y cada una de las máquinas.
El Sistema Internacional de Pagos: El Patrón Oro
El patrón oro era un sistema monetario internacional que funcionó desde finales del siglo XIX hasta la Primera Guerra Mundial. Se caracterizaba por ser un sistema monometálico (basado en el oro) con un tipo de cambio fijo y plena convertibilidad de las monedas a oro. Había libre circulación de oro, tanto en el mercado interior como en el exterior. Las principales monedas antes de 1914 eran la libra esterlina, el franco francés, el dólar estadounidense, la peseta española y el marco alemán.
Funcionamiento del Patrón Oro
Los supuestos iniciales del patrón oro clásico eran que solo circularían monedas de oro y que los bancos centrales no tendrían ningún papel relevante. El desequilibrio exterior se ajustaría vía precios, en función del déficit o superávit del país.
Posteriormente, se pasó a un modelo más realista, relajando estos supuestos. Este modelo se basaba en la circulación de dinero fiduciario y, sobre todo, letras de cambio. Se mantenía la plena convertibilidad de las monedas a oro.
El Arbitraje
Si la cotización de una moneda se alejaba mucho de la paridad inicial (su valor en oro), los deudores preferían pagar directamente en oro. Surgieron entonces especuladores que practicaban el arbitraje. El proceso de arbitraje consistía en:
- Cambiar por oro la moneda depreciada.
- Trasladar este oro al país de la moneda apreciada y cambiarlo por dicha moneda en el Banco Central.
- Volver a comprar la moneda depreciada, obteniendo un beneficio por la diferencia de cambio.
El arbitraje provocaba entradas y salidas de oro del país. Para evitar las salidas de oro, los Bancos Centrales utilizaban un tercer mecanismo de ajuste: la modificación del tipo de interés. En los países con déficit comercial, se aumentaba el tipo de interés para atraer oro del extranjero, mientras que en los países con superávit comercial se disminuía el tipo de interés, provocando el efecto contrario.
Inconvenientes del Patrón Oro
El patrón oro obligaba a los países con déficit comercial a aplicar políticas deflacionistas (reducción de la masa monetaria y de los precios), que a corto plazo intensificaban la crisis, pero que buscaban ganar competitividad a largo plazo. El patrón oro se mantenía porque la estabilidad de los tipos de cambio reducía el riesgo de los inversores de capital y disminuía los costes de transacción y los riesgos asociados al comercio internacional. A menudo, los perjudicados eran los trabajadores, pero en muchos países aún no tenían derecho a voto.
La Solución Frente a la Hiperinflación (Alemania, 1923)
En noviembre de 1923, el gobierno alemán fijó la tasa de cambio en 4.200 millones de marcos por dólar. El tipo de cambio se pudo defender frenando la inflación, y la inflación se contuvo equilibrando el presupuesto. Las medidas para equilibrar el presupuesto fueron drásticas: el fin de la financiación de la resistencia en el Ruhr, el despido del 25% de los trabajadores públicos y la reducción en un 30% de los salarios de los empleados públicos. El compromiso de mantener la tasa de cambio del marco se expresó mediante una nueva moneda, el Rentenmark.
En la solución de la crisis también fue importante la intervención de otras potencias, en especial de Estados Unidos, a través del llamado Plan Dawes, un programa para conseguir que los Países Aliados consiguieran sus reparaciones de guerra establecidas en el Tratado de Versalles, a la vez que se buscaba estabilizar la economía de Alemania y evitarle mayores daños como resultado de dichos pagos.
Difusión de la Gran Depresión al Resto del Mundo
La Gran Depresión se difundió al resto del mundo debido al importante peso internacional de la economía estadounidense. Los principales canales de transmisión fueron:
La Contracción del Comercio Internacional
La crisis en Estados Unidos propició la introducción del arancel Smoot-Hawley en 1930, que supuso restricciones a la entrada de productos primarios. Esto provocó una caída de los precios por la ausencia de créditos para los mayoristas en el puerto de Nueva York, y una caída de la demanda y de las exportaciones hacia los países latinoamericanos, lo que intensificó la crisis en Estados Unidos y la caída de la demanda de productos primarios. Se produjo un círculo vicioso y una guerra comercial, que acabó provocando una contracción generalizada del comercio internacional.
El Colapso del Mercado Internacional de Capitales
La caída del crédito internacional de Estados Unidos se inició en 1928, debido a la burbuja bursátil, y después se agravó por la crisis. En los países deudores, la salida de capitales obligó a aplicar políticas deflacionistas, ya que el déficit en la balanza financiera debía compensarse con superávit en la balanza comercial. Los países acreedores esterilizaron el oro (lo retiraron de la circulación) para evitar la inflación interna, lo que neutralizaba las políticas deflacionistas de los países deudores y significó una falta de liderazgo internacional por parte de Estados Unidos.
Políticas del New Deal en Estados Unidos
Política Presupuestaria
El uso de la política fiscal como arma de reactivación económica habría requerido estimular la demanda reduciendo impuestos e incrementando el gasto para generar empleo. El aumento del gasto público se destinó a obras públicas, política social y a la agricultura. También destacó la lucha contra el desempleo. Los empleos principales estuvieron relacionados con la mejora del territorio y de las obras públicas. El programa más importante fue la Public Works Administration (PWA), cuyo resultado fue la construcción de un millón de kilómetros de carreteras, 285 aeropuertos y más de 100.000 edificios públicos.
Sin embargo, los impuestos no se redujeron ni se distribuyeron socialmente: los ingresos públicos aumentaron, fundamentalmente gracias a impuestos indirectos sobre el alcohol y el tabaco. El aumento del gasto significó el aumento del déficit público: la deuda pública pasó de un 20% a un 50% del PIB.
Política Agraria
La política agraria del New Deal abandonó el Federal Farm Relief Board de Hoover para centrarse en dos aspectos: impulsar la recuperación de los precios agrarios y proporcionar créditos a los agricultores. El instrumento principal de la política agraria del New Deal fue la Agricultural Adjustment Act (AAA). Gracias a la AAA, entre 1932 y 1939, la población agraria decreció un 7% y la superficie cultivada un 20%. Aun así, la producción aumentó un 11%. Finalmente, el gobierno acabó fijando los precios agrarios por encima de los vigentes en los mercados internacionales y subvencionando las exportaciones (dumping). Esta continúa siendo, en esencia, la política agraria actual de Estados Unidos.
Política Industrial
Dado que Estados Unidos era un país básicamente industrial, el relanzamiento económico tenía que pasar por la recuperación de este sector. El instrumento diseñado para este fin fue la National Industrial Recovery Act (NIRA). La NIRA era un conjunto de disposiciones destinadas a superar la deflación a través del mantenimiento de los precios y de los salarios. Esta política fracasó, ya que la NIRA fue declarada inconstitucional en 1935. De hecho, en los sectores en los que funcionó, la NIRA había conseguido cierto incremento de precios y, sobre todo, de salarios, aunque no provocó un crecimiento claro de la producción ni del empleo.