Crecimiento Económico Post Segunda Guerra Mundial: Factores y Consecuencias

Características del Crecimiento Económico Post Segunda Guerra Mundial

El crecimiento económico vino acompañado de importantes cambios en la estructura productiva. Podemos afirmar que en este período se produjo el declive definitivo del sector agrario en los países desarrollados. A pesar de ello, el sector agrario siguió teniendo un importante peso en la economía de estos países.

Por una parte, se introdujo una amplia gama de innovaciones que permitió aumentar la productividad, los rendimientos y la producción total agraria. Por otra parte, los países más desarrollados establecieron políticas agrarias de corte muy proteccionista. Paralelamente, al descenso del empleo agrario se produjo un aumento de la minería, la industria y la construcción, aunque en algunos casos se empezaba a notar un declive industrial debido al gran crecimiento del sector servicios. Este aumento del sector servicios se debió en gran parte al desarrollo de servicios tradicionales (bancarios, seguros, comunicaciones y telecomunicaciones) y al auge de nuevos servicios como el turismo.

Otro de los rasgos característicos fue el crecimiento del empleo. El número de empleados creció en todos los países desarrollados y aumentó también el porcentaje de población activa, en gran parte se debe a la incorporación de la mujer al mercado de trabajo.

El crecimiento económico en los países desarrollados se tradujo en una importante mejora del nivel del bienestar de la población. Los ciudadanos de estos países tuvieron acceso a una alimentación mejor y más variada, y pudieron adquirir más y mejores prendas de vestir. Igualmente aumentaron las posibilidades de comprar una gran variedad de bienes de consumo duradero, en primer lugar la vivienda, pero también de una toda amplia gama de equipamientos.

Todo este proceso de crecimiento y de cambios estructurales se produjo en un marco de gran estabilidad monetaria y cambiaria. Atrás quedaron los problemas inflacionarios, las convulsiones monetarias y los problemas de estabilidad cambiaria que azotaron a la Europa de entreguerras.

Causas del Crecimiento Económico

Los Factores de Producción y el Aumento de la Productividad

Las fuentes directas del crecimiento pueden dividirse en dos amplias categorías: cambios en el volumen de recursos utilizados para producir el producto nacional y el crecimiento puede producirse como resultado de aumento en el producto por unidad de factor. El crecimiento puede alcanzarse, por tanto, elevando el número de factores de capital y de trabajo o mediante cambios en los elementos residuales que mejoran los niveles de productividad de los factores.

Los estudios que han analizado qué parte del crecimiento de la productividad de una economía se debe al capital humano, el capital físico, el comercio exterior, las mejoras organizativas, el proceso tecnológico o los diferentes aspectos de la política económica, nos permite obtener algunas conclusiones. En primer lugar, la importancia del factor tierra ha sido escasa. La cuota de factor trabajo presenta, por su parte, amplias variaciones. En cualquier caso, el poderoso crecimiento económico supuso el empleo de un contingente notablemente más numeroso de fuerza de trabajo. También es muy variada la participación de capital. El crecimiento de stock bruto de maquinaria y equipo por empleado fue muy grande. Sin embargo, pese a que en términos absolutos la diferencia se redujo espectacularmente, la economía norteamericana seguía presentado una ventaja notable.

El uso acrecentado de trabajo y capital supuso una importante contribución al crecimiento económico occidental después de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, estos dos factores de oferta no explican totalmente los logros alcanzados por el crecimiento, pues en ambos están sujetos a largo plazo a la ley de rendimientos marginales decrecientes.

Innovación y Modernización Productiva

En la época posterior a la Segunda Guerra Mundial, el extraordinario crecimiento de investigadores y de las unidades de investigación, tanto públicas como privadas, ha promovido de manera decisiva los aumentos en la productividad en Occidente. Estados Unidos fue el que más suma dedicó a la investigación industrial. El hecho de que las dos terceras partes de las sumas dedicadas a la investigación en Estados Unidos procediesen al gobierno federal, debe atribuirse sin duda a la Guerra Fría y a la rivalidad entre Estados Unidos y la Unión Soviética en la carrera por la conquista del espacio.

Durante los años 50-60, la innovación técnica se concentró más bien en sectores que podían generar un flujo continuo de nuevas tecnologías y nuevos productos. Las industrias que más éxito alcanzaron de entre estos sectores fueron la exploración espacial, la industria eléctrica, el sector farmacéutico y químico y la producción de herramientas e instrumentos.

El flujo de innovaciones entre 1930 y 1950 fue impresionante e implicó a numerosos sectores. Estados Unidos alcanzó un predominio claro pero no absoluto. La capacidad de innovación estadounidense (58%) tuvo mayor eficacia en los sectores nuevos que en los tradicionales.

Toda una serie de innovaciones no se llevaron a cabo en Europa sencillamente por la falta de mercados y de empresas suficientemente grandes. Las empresas que han conseguido una ventaja en cuanto a innovación basándose en la investigación industrial pueden beneficiarse de ella en los mercados extranjeros siguiendo tres métodos: pueden dedicarse a la exportación de productos, pueden invertir en el extranjero y pueden vender una licencia de producción a una empresa extranjera.

El Protagonismo de la Gran Empresa y el Consumo Energético

El fuerte crecimiento de la economía mundial después de la Segunda Guerra Mundial estuvo motivado, no exclusivamente por una mayor utilización de fuerzas de trabajo y capital, sino también por importantes innovaciones en la dirección de las empresas y en los métodos de gestión.

La estrategia de crecimiento de las grandes empresas modernas exigía nuevas formas de organización. Así, las empresas que contaban con una o más plantas y que estaban dirigidas por un sistema centralizado de control y administración fueron cada vez más sustituidas por empresas dotadas de una estructura multidivisional. Este importante progreso organizativo elevó considerablemente la posibilidad de generar aumentos en la productividad y fue caracterizado justificadamente como una revolución en la dirección de la empresa (managerial revolution).

Expansión de la Demanda

El rápido crecimiento de la productividad del trabajo benefició sobre todo, a aquellos trabajadores que eran a la masa contribuidores de sueldos y salarios. De esta manera se dio un primer paso aunque insuficiente en dirección a una distribución menos desigual del ingreso. Se desarrolló un importante mercado interior que sustentaba una potente demanda de bienes de consumo duradero. La interrelación con el extranjero se hizo más estrecha, por lo que se liberalizó el comercio exterior, de tal manera que una demanda exterior en rápido crecimiento vino a reforzar el masivo mercado de bienes industriales de consumo y de bienes de capital.

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