Desarrollo de la Crítica Marxista a la Economía Política Clásica
La crítica de Karl Marx a la economía política clásica se centra en varios aspectos fundamentales. En primer lugar, Marx señala que, si bien esta ciencia es positiva en su estudio del funcionamiento de los mercados y la producción de capital, carece de una dimensión crítica. Es decir, no cuestiona la situación de alienación del proletariado, caracterizada por fenómenos como el maquinismo, el éxodo rural, la disminución de salarios y el deterioro general de las condiciones laborales.
En segundo lugar, Marx critica la tendencia de la economía política clásica a considerar las leyes económicas como leyes naturales e inmutables. Argumenta que el sistema productivo capitalista no es natural, sino histórico y, por lo tanto, sujeto a cambio y eventual desaparición. Según Marx, este sistema alberga una contradicción fundamental entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción, lo que inevitablemente conducirá a su colapso.
Conceptos Clave de la Crítica Marxista según Lapidus y Ostrovitianov
Para comprender mejor la crítica marxista, es esencial familiarizarse con algunos conceptos clave, tal como los presentan Lapidus y Ostrovitianov:
- Valor Económico y Fuerza de Trabajo: El valor económico de una mercancía se determina por el tiempo de trabajo socialmente necesario para producirla. La fuerza de trabajo es la base del valor. Los bienes se producen para el intercambio, convirtiéndose en mercancías con un valor de uso y un precio determinado por la oferta, la demanda y la actividad productiva.
- Trabajo Abstracto y Concreto: El trabajo abstracto se refiere a la energía humana invertida en la producción, mientras que el trabajo concreto es la forma específica en que se gasta esa energía. Se distingue también entre trabajo simple (sin preparación especial) y trabajo complejo (con preparación). El trabajo socialmente necesario es el promedio de horas requerido para producir un bien en una sociedad determinada.
- Forma del Valor del Dinero: El valor de una mercancía se expresa en la cantidad de trabajo simple socialmente necesario para su producción. Marx identifica tres formas de valor:
- Forma Simple: Una mercancía mide su valor en relación con otra.
- Forma Desarrollada o Total: Una mercancía mide su valor en relación con varias otras.
- Forma General del Valor: Todas las mercancías expresan su valor en una sola mercancía (por ejemplo, el dinero en la actualidad).
En el capitalismo, la forma general del valor la asume el dinero, dando lugar a la forma «monetaria». Marx denomina «fetichismo de la mercancía» al poder que las mercancías ejercen sobre las personas, siendo el fetichismo del dinero una de sus manifestaciones más problemáticas. El dinero, en lugar de utilizarse para satisfacer necesidades, se convierte en un fin en sí mismo, impulsando la acumulación de capital y transformando una economía de mercado en una economía capitalista.
La Producción de Plusvalía y la Dinámica del Capitalismo
El capitalista invierte dinero (D) para adquirir mercancías (M) y obtener una cantidad mayor de dinero (D’ = D + d), donde «d» representa la plusvalía. Esta plusvalía, según Marx, surge del trabajo, la única mercancía capaz de generar nuevo valor.
- Tasa de Plusvalía: Indica la cantidad de trabajo necesario para generar plusvalía.
- Tasa de Ganancia: Depende directamente de la tasa de plusvalía. Cuando la tasa de plusvalía deja de crecer, la tasa de ganancia también se estanca, lo que puede llevar a la acumulación de stocks y al colapso del sistema.
- Capital Constante y Variable: El capital constante (medios de producción) no genera plusvalía, mientras que el capital variable (trabajo humano) produce tanto el valor inicial como la plusvalía.
La alienación del trabajo, o el grado de explotación del obrero, se mide a través de la tasa de plusvalía. La plusvalía puede incrementarse mediante la prolongación de la jornada laboral (plusvalía absoluta) o la intensificación del ritmo de trabajo (plusvalía relativa).
El interés del capitalista se centra en la tasa de ganancia (p = pl / (c + v)), que busca maximizar reduciendo el capital invertido o aumentando la plusvalía. Factores como una alta inversión en capital fijo y una lenta circulación del capital pueden afectar negativamente la tasa de ganancia. Ambas tasas, la de ganancia y la de plusvalía, tienden a incrementarse con el desarrollo tecnológico.
Las Leyes que Apuntan al Fin del Capitalismo según Marx
Marx argumenta que las crisis periódicas del capitalismo son un preludio de su colapso final. Identifica dos leyes principales que, según él, señalan este desenlace:
- Ley de la Tendencia Decreciente de la Tasa de Ganancia: El capitalismo se basa en la obtención de ganancias, que dependen de la plusvalía. Sin embargo, llegará un punto en que la plusvalía no podrá seguir aumentando. La competencia obliga a realizar inversiones cada vez mayores, y la explotación del trabajador tiene un límite físico. Cuando la plusvalía se reinvierte por completo, el sistema colapsa.
- Ley de la Pauperización Creciente: El avance tecnológico y la mecanización de la producción reducen la necesidad de mano de obra, generando desempleo y empobrecimiento de la clase trabajadora.
La Transición al Comunismo y la Crítica de Elster
Marx interpretaba las crisis del capitalismo como señales de un colapso final que fortalecería la conciencia de clase del proletariado y conduciría a una revolución. Preveía un período transitorio de «dictadura del proletariado», en el que la clase obrera tomaría el control de los medios de producción para establecer una sociedad comunista.
Sin embargo, autores como Jon Elster cuestionan la afirmación de Marx sobre la tasa decreciente de ganancia como causa principal del colapso capitalista. Elster argumenta que Marx no consideró adecuadamente las innovaciones tecnológicas que ahorran capital y que no demostró de manera consistente que la tasa de explotación permanezca constante.