Desarrollo Económico: Del Centro-Periferia al Régimen de Acumulación Flexible

El Desarrollo como Expansión de Libertades

Amartya Sen concibe al desarrollo como un proceso de expansión de las libertades reales de que disfrutan los individuos.

Esta perspectiva contrasta con visiones más tradicionales que lo identifican únicamente con el crecimiento del Producto Nacional Bruto (PNB), el aumento de las rentas personales, la industrialización, los avances tecnológicos o la modernización social. Si bien el crecimiento del PNB o de las rentas puede ser un medio importante para expandir las libertades, estas también dependen de otros factores como las instituciones económicas y sociales, los derechos políticos y humanos.

El desarrollo exige la eliminación de las principales fuentes de privación de la libertad: la pobreza y la tiranía, la escasez de oportunidades económicas y las privaciones sociales sistemáticas, la deficiencia de los servicios públicos y la intolerancia o el exceso de intervención de Estados represivos.

La libertad es fundamental para el desarrollo por dos razones:

  • Razón de evaluación: El progreso debe evaluarse en función del aumento de las libertades individuales.
  • Razón de eficacia: El desarrollo depende de la libre agencia de los individuos, la cual no solo es constitutiva del desarrollo, sino que también fortalece otros tipos de libre agencia.

La expansión de la libertad se considera tanto el fin primordial como el medio principal del desarrollo. Los individuos dependen de las oportunidades económicas, las libertades políticas, las fuerzas sociales, la salud, la educación y el fomento de iniciativas.

El Centro-Periferia de Prebisch

Raúl Prebisch y Celso Furtado, después de la Segunda Guerra Mundial, desarrollaron la noción de centro-periferia para describir un orden económico mundial con un centro industrial y hegemónico que establece transacciones desiguales con una periferia agrícola y subordinada.

Esta relación desigual es el principal obstáculo para el desarrollo. La industrialización de las economías periféricas es crucial para su desarrollo. La semiperiferia describe la interacción en los límites de una población con el inicio de otra, es decir, pequeñas poblaciones que con el tiempo se convierten en una nueva ciudad.

Especialización Flexible y Clusters

Especialización Flexible

La especialización flexible surge como respuesta al agotamiento de la producción en masa y la estandarización. Se basa en la flexibilidad productiva para responder a una demanda inestable e internacionalizada.

Clusters

Un cluster es un grupo de empresas interconectadas e instituciones asociadas, con intereses comunes y complementarios, geográficamente próximas. Fusiona la dimensión territorial, los procesos de aprendizaje/conocimiento y sus vínculos con la competitividad.

Esta plataforma se configura como una nueva ortodoxia, institucionalizada por organizaciones nacionales e internacionales que la traducen en políticas públicas. Prioriza el volumen y la calidad en las regiones cooperativas, involucrando a actores empresariales, gremiales y gobiernos locales. Esto permite a las regiones/localidades alcanzar ventajas estáticas (economías de escala) y dinámicas (generación y difusión del conocimiento).

Se basa en un elemento colectivo, comunitario y territorialmente arraigado, que implica una nueva forma de interpretar y actuar ante dos paradigmas:

  1. El basado en la jerarquía, que justifica la intervención estatal top-down.
  2. El fundado en las acciones comerciales vinculadas a las señales del mercado.

Del Fordismo al Régimen de Acumulación Flexible

Para 1960, Europa Occidental y Japón se habían recuperado totalmente. Con sus mercados internos saturados, comenzaron a exportar sus excedentes de producción. La disminución de la demanda efectiva en EE. UU. fue compensada por la guerra contra la pobreza y la Guerra de Vietnam. La caída de la productividad y la rentabilidad después de 1966 marcó el inicio del problema fiscal en EE. UU. La formación del mercado del eurodólar y el descalabro del crédito de 1966-1967 fueron signos de la pérdida de poder de EE. UU. para regular el sistema financiero internacional.

Las políticas de sustitución de importaciones en muchos países del Tercer Mundo y el desplazamiento de la actividad fabril hacia el ultramar por parte de las multinacionales promovieron una ola de industrialización fordista competitiva en nuevos lugares con exigencias laborales más débiles o inexistentes.

El acuerdo de Bretton Woods se resquebrajó y el dólar fue devaluado. Un tipo de cambio flotante reemplazó al cambio fijo de la posguerra.

Entre 1965 y 1973, se evidenció la incapacidad del fordismo y el keynesianismo para contener las contradicciones del capitalismo. Hubo problemas de rigideces en los mercados laborales, en la distribución de la fuerza de trabajo y en los contratos laborales. Una ola de huelgas y estallidos laborales entre 1968 y 1972 dio paso a la inflación que pondría fin al boom de la posguerra. Este se mantuvo entre 1969 y 1973 gracias a una política monetaria flexible en EE. UU. y Gran Bretaña.

El mundo capitalista, con exceso de fondos y escasas salidas productivas para la inversión, experimentó una fuerte inflación. Se generó una crisis mundial en los mercados inmobiliarios y dificultades en las instituciones financieras. La deflación de 1973-1975 reveló que las finanzas estatales estaban sobreextendidas, creando una crisis fiscal y de legitimación. Las corporaciones se vieron obligadas a racionalizar, reestructurar e intensificar el control sobre la fuerza de trabajo. El cambio tecnológico, la automatización, la búsqueda de nuevos productos y nichos de mercado, la dispersión geográfica hacia zonas con controles laborales más laxos, las fusiones y medidas para acelerar el giro del capital se volvieron estrategias corporativas clave para la supervivencia.

La recesión de 1973 sacó al mundo capitalista de la estanflación y deterioró el compromiso fordista. El régimen de acumulación flexible (en el modo de desarrollo posfordista) se caracteriza por la confrontación directa con las rigideces del fordismo. Apela a la flexibilidad en los procesos laborales, los mercados de mano de obra, los productos y las pautas de consumo. Se caracteriza por la emergencia de nuevos sectores de producción, nuevas formas de servicios financieros, nuevos mercados y, sobre todo, intensos niveles de innovación comercial, tecnológica y organizativa.

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