La Distribución de la Renta
La renta de los individuos es la suma del salario, de la renta de la tierra (alquileres) y de los beneficios e intereses que perciben al incorporar sus recursos al proceso productivo. Cuando la renta crece, el nivel de bienestar material del país también lo hace. Sin embargo, si el crecimiento solo beneficia a unos pocos, el nivel de satisfacción global puede reducirse. Por ello, para valorar ese bienestar hay que valorar cuánto produce y cómo se distribuye esa producción o renta.
A) Factores que Influyen en la Renta Familiar
La renta que cada familia obtiene en cada periodo es una función de los factores siguientes:
- La cantidad de recursos utilizados por las empresas: cuanto mayor sea la dotación de recursos que cada familia tenga y el sistema productivo utilice, mayor será la cantidad de renta disponible. Así, normalmente, una familia en la que trabajen varios de sus miembros obtendrá más renta que otra en la que trabaje uno. De la misma forma, la familia que disponga de tierra o recursos naturales, o de ahorros, puede obtener mayor renta que las que no disponen de esos factores.
- El precio de los recursos: cuanto mayor sea la retribución por unidad de recurso, mayor será la renta que pueden obtener sus propietarios.
B) Distribución Desigual de la Renta
Por lo tanto, la renta se distribuye de manera desigual entre los ciudadanos. Esta distribución desigual se manifiesta en tres niveles: funcional, personal y territorial.
Distribución Funcional de la Renta
La distribución funcional consiste en la división de las rentas en dos grandes conjuntos: por un lado, las rentas procedentes de los salarios, y por otro, todas las demás rentas del sistema económico. Es, por lo tanto, la distribución en función del tipo de factor que interviene en la producción de bienes y servicios. En general esta distribución se puede valorar si se compara la remuneración de los asalariados (salario bruto obtenido por todos los trabajadores) con el excedente bruto de explotación, que engloba el resto de la renta producida en la economía.
Distribución Personal de la Renta
El Coeficiente de Gini
La manera más habitual de medir la desigualdad en la distribución personal de la renta es el coeficiente de Gini. Este coeficiente se basa en la curva de Lorenz, que es una representación gráfica de la función definida por la proporción acumulada de los ingresos totales (eje vertical), que obtienen las proporciones acumuladas de la población (eje horizontal). La línea diagonal representa la igualdad perfecta de los ingresos: todos reciben la misma renta (el 20% de la población recibe el 20% de los ingresos; el 40% de la población, el 40% de los ingresos, etc.)
El coeficiente de Gini se calcula como el cociente entre las áreas que delimita la curva de Lorenz. Si el área entre la línea de perfecta igualdad y la curva de Lorenz es A, y el área por debajo de la curva de Lorenz es B, entonces el coeficiente de Gini es A/(A+B). Esta ratio se expresa como porcentaje o como equivalente numérico de ese porcentaje, que es siempre un número entre 0 y 1, donde 0 se corresponde con la perfecta igualdad (todos tienen los mismos ingresos) y 1 con la perfecta desigualdad (una persona tiene todos los ingresos y las demás ninguno). Si la curva de Lorenz se aleja de la diagonal, aumenta la desigualdad a la misma velocidad que aumenta el área A. Si la desigualdad es total, el área B desaparece y queda solo el área A, lo que indica que una sola familia se queda con el total de los ingresos.
Al analizar el coeficiente de Gini, debes tener en cuenta que ni en el numerador ni en el denominador contabiliza el 100% de la población, puesto que su inclusión no aporta ninguna información sobre la desigualdad de la distribución. Para trabajar con los datos se usa el índice de Gini, que consiste en multiplicar por 100 el coeficiente. Al analizar la evolución de los valores del índice de Gini se puede valorar si la renta de las familias se distribuye de manera más homogénea a lo largo del tiempo, lo que permite evaluar las políticas seguidas en este ámbito.
Distribución Territorial de la Renta
La distribución territorial de la renta se basa en el reparto geográfico de los ingresos producidos por una economía o por todas las economías a nivel mundial. Con ello se puede estudiar si las áreas geográficas convergen o se alejan. Uno de los índices más utilizados para estudiar esta distribución es la distancia a la media. Este es el índice que se suele utilizar para entender la dispersión. En la tabla siguiente elaborada por el INE se recoge, en términos de poder adquisitivo del año 2008, el producto medio por habitante (PIB per cápita) en cada comunidad autónoma de España.
La Unión Europea establece la obligación de promover la «cohesión económica y social y la solidaridad entre los Estados miembros». Para ello existen partidas destinadas a favorecer el desarrollo económico de regiones con bajo nivel de vida. En general, se benefician de estas ayudas las áreas geográficas cuyo producto interior bruto (PIB) por habitante sea inferior al 75% de la media comunitaria.
La Función Distributiva del Estado
La distribución desigual de la renta no es un fallo de mercado: la asignación que realiza el mercado puede ser la más eficiente (se aprovechan óptimamente los recursos). Sin embargo, puede generar diferencias muy notables en la retribución de las familias (puesto que hay familias que apenas disponen de recursos o no pueden acceder al sistema productivo con los recursos de los que disponen). En consecuencia, el bienestar social puede no aumentar si una parte de la población sufre importantes privaciones y el crecimiento económico solo afecta a la parte más afortunada de la sociedad. De ahí que uno de los objetivos del sector público sea el reparto equitativo de la renta.
Concepto y Enfoques de Equidad
La renta está distribuida de forma equitativa si se considera que su reparto es justo. Pero como el criterio de justicia no es igual para todos, la distribución equitativa es un concepto subjetivo. Hay tres tipos de equidad:
- Equidad horizontal: entre iguales, los ingresos deben ser iguales. Es decir, las diferencias por razón de sexo, raza, clase social o patrimonio familiar no deberían trasladarse al nivel de ingresos si el trabajo (el capital o la tierra) es el mismo.
- Equidad vertical: a diferentes responsabilidades y tipos de trabajo, el salario debe recompensar el esfuerzo realizado. La valoración de este varía en el tiempo y en el espacio: no todos los trabajos tienen la misma valoración social en cada país y a lo largo de la historia.
- Equidad categórica: todos los individuos tienen derecho a disfrutar de una categoría de bienes, los bienes preferentes, y servicios que aseguran una vida digna. Entre ellos están la educación primaria, la sanidad, la seguridad y la vivienda. En general, se consideran bienes preferentes todos los que aseguran igualdad de oportunidades de los individuos.