El Sector Público
El sector público se caracteriza por aspectos que lo diferencian del resto:
- El sector público puede obligar a realizar determinadas acciones.
- El sector público puede prohibir determinadas conductas.
- El sector público puede sancionar determinados comportamientos
- El sector público puede sustituir acciones que ya llevan a cabo empresas y familias.
Estas características se conocen como poder coactivo y el sector público es el único agente de la economía que goza del mismo porque la ciudadanía así lo hemos decidido. Es indispensable para que la sociedad mantenga el orden, para que exista una adecuada administración de la justicia… todo ello procurando políticas sostenibles. Además del poder coactivo, el sector público ejerce la actividad financiera, entendiendo esta como:
- La capacidad para detraer ingresos a empresas y familias a través, por ejemplo, de los impuestos.
- La capacidad para llevar a cabo acciones de gasto de tales recursos, previamente obtenidos de las familias y empresas
Las Administraciones Públicas
El sector público es muy amplio. Comprende, en nuestra economía, tres niveles bien diferenciados.
- Estado: es el nivel superior. En él se encuentra la administración general del Gobierno, distribuida en ministerios. Del Estado dependen políticas como la seguridad ciudadana, la seguridad social…
- Comunidades autónomas: es el nivel intermedio, más concienciado de su entorno cultural y social particular. Gestiona políticas tan importantes como la sanidad y la educación.
- Corporaciones locales: por ejemplo, ayuntamientos. Gestiona políticas locales, ligadas al abastecimiento y calidad de vida de la ciudadanía. También gestiona en materia de empleo y bienestar.
La Cultura de una Empresa
Cada empresa posee una manera determinada de producir, contratar, vender y relacionarse con su plantilla y con su entorno. En otras palabras, cada empresa cuenta con un ADN propio: su particular cultura empresarial.
La cultura empresarial: el marco establecido por tres conceptos, únicos para cada empresa:
- Su misión: ¿por qué la empresa hace lo que hace?
- Su visión: ¿para qué la empresa hace lo que hace?
- Sus valores: ¿cómo actúan las personas en la empresa y la propia empresa en sus relaciones con terceros?
La Misión de la Empresa
La misión de una empresa es la respuesta a estas preguntas:
- ¿Por qué se puso en marcha la empresa?
- ¿Cuál es su razón de ser?
- ¿Qué hace la empresa?
Establecer o declarar, explícitamente, la misión tiene una utilidad enorme; no perder, jamás, de vista:
- Por qué hacemos lo que hacemos
- Por qué estamos en el mercado
- Por qué decidí emprender o trabajar en este proyecto
- Por qué acudo a esta empresa todos los días
La Visión de la Empresa
Se centra en el «para qué». De esta forma, enmarcamos la visión en el futuro, señalando a dónde quieren llegar la empresa y sus promotores. De manera análoga a como obramos cuando pretendíamos definir la misión, conoceremos la visión de la empresa respondiendo a estas preguntas:
- ¿Para qué hacemos lo que hacemos?
- ¿Qué deseamos lograr en el futuro?
- ¿En qué nos queremos convertir?
- ¿Cómo queremos ser vistos por el resto en el futuro?
La visión es el complemento a la misión de la empresa. Las empresas continúan por algo (misión) y se enfrentan a las adversidades recordando a dónde pretenden llegar (visión).
Los Valores de la Empresa
Los valores están referidos al «cómo». Y las razones de su importancia son:
- Porque la manera en la que se comunican las personas que trabajan en la empresa es crucial para el logro de los objetivos.
- Porque la forma en la que las personas reaccionan ante los problemas en la empresa también afecta a los resultados de esta.
Liderazgo y Estructuras Organizativas
De esta forma:
- Liderazgos autoritarios: son compatibles con estructuras organizativas lineales, donde la autoridad y la responsabilidad nacen en los niveles superiores y descienden sin que la participación de los niveles inferiores sea significativa. Son estructuras rápidas pero limitadas en cuanto a la aparición de sinergias.
- Liderazgos participativos: son compatibles con estructuras organizativas en red, matriciales y ágiles, donde la autoridad y la responsabilidad son compartidas en varios niveles, aumentando la riqueza de la información y la participación y motivación de la plantilla de personas en la empresa.
Dirigir una Empresa
Al comienzo de esta unidad, estudiamos que las tareas directivas podían resumirse en cuatro:
- Planificar
- Organizar
- Gestionar a las personas
- Supervisar
Describiremos, brevemente, cada una de ellas:
Planificar
La elaboración de estrategias (largo plazo), la implementación de tácticas (corto plazo), que conduzcan a la empresa a lograr sus objetivos. Comienza con el establecimiento de objetivos. Estos deben cumplir con la regla SMART. Es decir, los objetivos deben ser específicos (S), medibles (M), alcanzables (A), realistas (R) y definidos en el tiempo (T). Se deberá diseñar una estrategia que la empresa deberá recorrer en un plazo de 2 a 5 años para alcanzarlos. Este camino, a su vez, estará dividido en tácticas o planes a corto plazo (hitos) que será necesario llevar a cabo para continuar por la senda establecida en la estrategia. La planificación es un proceso dinámico, pues las empresas desarrollan sus actividades en entornos cambiantes.
Organizar
La dirección debe reclutar los recursos que necesita para alcanzar sus objetivos. Debe seleccionarse a aquellas personas capaces de desarrollar las tareas necesarias con eficiencia y éxito. Para ello, deben diseñarse los puestos de trabajo, conocerse qué tareas incluyen y especificarse qué relaciones de trabajo aparecerán entre ellos. Se diseñará la estructura organizativa, señalando cómo se relacionan las personas que trabajan en la empresa y qué tareas realizan.
Gestionar a las Personas
Las personas seleccionadas cuentan con las competencias suficientes para desarrollar su trabajo. Sin embargo, la dirección debe facilitar la motivación de estas con políticas de formación, participación y responsabilidad. Generar un buen ambiente de trabajo es vital para que todas las personas de la empresa desarrollen su potencial.
Supervisar
Los resultados no siempre son los esperados, la dirección debe reflexionar sobre ello e identificar las causas. Puede deberse a una inadecuada planificación o al planteamiento de unos objetivos excesivamente difíciles de conseguir. Sea como sea, la supervisión o control de los resultados ayuda a redefinir estrategias, tácticas y objetivos.
Las Áreas Funcionales de la Empresa
Además de la dirección, ¿qué otras áreas funcionales la componen?
El Área de Recursos Humanos
Existirá un conjunto de personas encargadas de:
- Analizar cuáles son las necesidades de capital humano en la empresa, a partir del estudio de los objetivos planificados.
- Diseñar puestos de trabajo, indicando qué tareas deben realizarse dentro de cada uno.
- Seleccionar a las personas apropiadas a cada puesto de trabajo.
- Diseñar y articular las políticas de formación y desarrollo profesional de las personas que trabajan en la empresa, sin olvidar aspectos tales como la remuneración (salarios) y la conciliación de la vida familiar y laboral.
El Área de Marketing
Entendemos todas aquellas decisiones que la empresa debe considerar en torno a:
- Producto: aquello que satisface la necesidad de sus clientes, otorgándoles valor. Puede ser tangible o intangible, puede incorporar servicios posventa (garantías, reparaciones, etc.) y puede ser distinguido de otros similares a través de la marca, el logotipo o el mismo precio de venta. El producto está dirigido, normalmente, a un segmento del mercado.
- Precio: cuantificación del valor que el cliente espera recibir al adquirir el producto de la empresa. Además, es la suma de los costes que soporta la empresa al producir una unidad y del beneficio esperado por unidad, sin olvidar que debe guardar coherencia con los precios de los productos similares ofrecidos por la competencia. El precio es, también, una variable que permite distinguir al producto y promocionarlo.
- Promoción: técnicas que permiten dar a conocer el producto al mercado, destacan la promoción de venta, asequible para la mayoría de empresas, y la publicidad, sin olvidar la venta personal o las técnicas digitales.
- Distribución: es necesario hacer llegar el producto al consumidor, por lo que la empresa deberá articular este último y crucial paso para lograrlo, empleando para ello un número determinado de intermediarios.
El Área de Producción
Distinguiremos si se trata de una actividad industrial, comercial o de servicios. La empresa deberá contactar con los proveedores necesarios y, en función de la naturaleza del producto, articular las inversiones apropiadas. Al mismo tiempo, las decisiones de producción suelen ser de infraestructura (largo plazo), por lo que las instalaciones de la empresa deberán ser capaces de absorber posibles aumentos en la demanda sin comprometer los costes de producción.
El Área de Finanzas
Necesita realizar inversiones. Algunas de ellas se referirán a estructura y otras, a activos corrientes. Además, deben seleccionarse adecuadamente las fuentes de financiación, pues estas implicarán si la empresa se endeuda con terceros (o no) y si deben satisfacerse intereses, además del grado de autonomía en la toma de decisiones por parte de la dirección. El área de finanzas es la encargada de determinar la viabilidad de los proyectos determinados por las estrategias del resto de áreas funcionales de la empresa.
El Concepto de Empresa
Y sus distintas partes:
- Factores productivos: los recursos que las empresas usan para producir los bienes y servicios que ofrecen, los principales son el trabajo humano y el capital.
- Estructura organizativa: el trabajo y el capital deben combinarse de tal manera que la producción de bienes y servicios, la motivación de las personas, sea más eficiente, se debe diseñar una estructura, armada con relaciones entre trabajo y capital. Será la dirección de la empresa la encargada de llevar esta tarea a cabo.
- Dirigir: existen personas en la empresa cuyas funciones principales son: planificar, organizar a las personas en puestos de trabajo, gestionar a las personas y supervisar.
- Propiedad y control: en las pequeñas empresas, estos dos conceptos suelen estar unidos, recayendo en la misma persona. No ocurre así en empresas medianas y grandes, donde la gestión (control) de la empresa es llevada a cabo por personas que no tienen por qué ser propietarias de la misma.
- Objetivos: las empresas crean valor a la sociedad, poniendo a disposición de esta bienes y servicios que satisfacen sus necesidades, generando actividad económica que ayuda a la creación de empleo y aportando recursos, a través del pago de impuestos. Sin embargo, para que esto sea una realidad, las empresas deben poder subsistir y ello pasa necesariamente por la obtención de beneficios que aseguren su viabilidad y se conviertan en la base para generar nuevas inversiones.
El Papel de las Empresas en el Bienestar de la Sociedad
Las Empresas y la Seguridad Social
Las personas trabajamos a cambio de salario y reconocimiento profesional. Si examinamos nuestro recibo de salarios (nómina), encontraremos, entre otros, el salario base, los complementos salariales, la parte de salario que destinamos, a priori, al pago de impuestos y, también, lo que denominamos «salario diferido» que no es otra cosa que aquello que las empresas nos retienen e ingresan en la Seguridad Social (cotizaciones) con el fin de atender el pago actual de pensiones de jubilación y generar derechos para nuestra futura pensión de jubilación.
El Estado, a través de la Seguridad Social, se sirve de las empresas para recaudar las cotizaciones a la Seguridad Social, pues estas retienen una parte que ellas mismas ingresarán por nuestra cuenta.
Elementos de la Empresa
La empresa es un sistema, un conjunto donde sus elementos están interconectados. Es la dirección de la empresa quien ostenta la tarea de coordinar estos elementos para que puedan alcanzarse, de manera satisfactoria, los objetivos. Veamos cuáles son estos elementos:
- Capital humano: es el principal factor productivo (recurso). Sin él, no existiría actividad económica. En la empresa, distinguiremos:
- Personal asalariado: personas que prestan su fuerza de trabajo a cambio de un salario y reconocimiento personal. Conforman la plantilla de la empresa y, existirán varios niveles, de acuerdo con las competencias profesionales exigidas.
- Personal directivo: personas a las que se les ha encomendado la coordinación del capital y del trabajo, diseñando la estructura organizativa y llevando a cabo las funciones de planificación, organización, gestión y supervisión, dentro de la empresa.
- Propietarios: personas que han aportado el capital inicial para que la empresa pueda constituirse como tal y comenzar a operar, esperando, a cambio, recibir futuros beneficios.
- Capital técnico: inversiones necesarias para que la empresa pueda llevar a cabo su actividad de negocio y generar efectivo. También es conocido como «activo» y es necesario distinguir:
- Capital técnico tangible: maquinaria, construcciones, instalaciones, materiales, mercancías, etc.
- Capital técnico intangible: patentes, derechos de propiedad, software, etcétera.
Además, el capital técnico puede contribuir a conformar la estructura de la empresa y hacer posible la producción (capital técnico no corriente) o tener como misión la generación de efectivo (capital técnico corriente).
- Capital de financiamiento: recursos financieros empleados para adquirir el capital técnico. Se denomina «patrimonio neto y pasivo» y, entre ellos, destacamos las aportaciones de los propietarios, los beneficios no distribuidos, los préstamos bancarios o la financiación de los proveedores.