El tratamiento contable de la información

La contabilidad es la ciencia económica que estudia el patrimonio empresarial, las normas y los fundamentos científicos en los que se basa el registro de la información económica de la empresa.

Este estudio se realiza estéticamente, por la observación del patrimonio y su situación en un momento determinado, y dinámicamente, por el registro de las variaciones que se producen en el curso del tiempo.

La contabilidad proporciona información a la empresa. La información es una herramienta muy importante en nuestra sociedad y, por ello, en el mundo empresarial la necesidad de esta se hace cada día más imprescindible, a causa de los continuos cambios que se producen por el desarrollo técnico y la fuerte competencia entre las empresas. Con la ayuda de la información económica la dirección de la empresa puede tomar decisiones más acertadas. Por tanto, la importancia de la contabilidad depende de la información que sea capaz de generar y suministrar a los diferentes usuarios y de su calidad como reflejo de la situación de la empresa.

Objetivo de la contabilidad

El objetivo de la contabilidad es proporcionar información económica a diferentes niveles y tipos de usuarios en la empresa y en su entorno económico:

  • A los directivos, para que tengan información suficiente que les sirva en la toma de decisiones y en la planificación de acciones futuras.
  • A los propietarios o accionistas, para que puedan comprobar que sus intereses están bien protegidos.
  • A los trabajadores, ya que de los resultados de la empresa depende la continuidad de su puesto de trabajo y los posibles incentivos por beneficios.
  • A los acreedores de la empresa, para que puedan saber si ésta presenta solvencia y suficientes garantías que les dé seguridad para cobrar sus créditos.

El patrimonio empresarial: concepto

El patrimonio empresarial es el conjunto de bienes, derechos y obligaciones que tiene una empresa, debidamente valorados en relación con la finalidad a la que se destinen.

Entendemos por bien todo aquello que puede ser apreciado y valorado por las personas a las que sirve. Los derechos (cobros) son las deudas que los clientes u otros deudores tienen que pagar a la empresa. Las obligaciones (de pago) son deudas que la empresa tiene que pagar a los proveedores u otros acreedores.

La diferencia entre los bienes y los derechos que posee la empresa y lo que debe constituye la riqueza de la empresa. En contabilidad, esta diferencia se denomina patrimonio neto, neto o recursos propios.

Patrimonio neto = bienes + derechos – obligaciones

En contabilidad, los bienes y los derechos de las empresas se conocen y se agrupan bajo la denominación de activo, mientras que las obligaciones constituyen el pasivo o pasivo con terceros. Por ello, podemos expresar la ecuación anterior del patrimonio neto de la siguiente manera:

Patrimonio neto = activo – pasivo

El total del activo coincide con la suma del patrimonio neto y del pasivo. Esta es la igualdad fundamental de la representación del patrimonio de la empresa: el activo es el total de las inversiones realizadas por la empresa, mientras que el patrimonio neto más el pasivo son las fuentes de financiación de estas inversiones.

  • El activo refleja la estructura económica de la empresa, es decir, el total de sus inversiones o el destino de sus fondos.
  • El patrimonio neto y pasivo refleja la estructura financiera de la empresa, es decir, el origen de los medios de financiación de los que dispone (recursos propios más deudas con terceros ajenos a la empresa).

La contabilidad moderna está basada en un sistema que anota todas las operaciones dos veces: por un lado, de dónde proviene el dinero y, por otro, donde se invierte. Por tanto, es lógico que coincidan ambas columnas, esto es, activo y patrimonio neto más pasivo.

Masas patrimoniales

Podemos establecer una clasificación de todos los elementos que forman el patrimonio empresarial atendiendo a criterios homogéneos. Las masas patrimoniales representan los elementos homogéneos del patrimonio según el criterio básico utilizado para su ordenación.

El criterio más utilizado es el que clasifica los elementos de activo según su disponibilidad o liquidez (capacidad para convertirse en dinero) y los elementos de pasivo según su exigibilidad (las deudas más exigibles son aquellas que vencen antes).

Las masas patrimoniales se pueden agrupar según el tiempo de permanencia en la empresa. Según este criterio, los elementos de activo se pueden clasificar en activo no corriente y activo corriente.

Activo No Corriente

Está formado por aquellos elementos del patrimonio vinculados a la empresa durante más de un ejercicio económico. El activo no corriente está formado por las masas patrimoniales de inmovilizado, inversiones financieras a largo plazo e inversiones inmobiliarias:

  • Inmovilizado. Está compuesto por elementos que posibilitan la actividad productiva. Se trata de bienes adquiridos con carácter de permanencia. Las inmovilizaciones se convierten en líquido a partir de las amortizaciones, que suponen una incorporación de su valor en los costes anuales de la empresa, correspondiente a la pérdida de valor o desgaste del bien considerado. Esta masa patrimonial agrupa las inversiones que la empresa hace en activos para llevar a cabo sus actividades. Aquí se incluyen los inmovilizados materiales (construcciones, maquinaria, mobiliario…) los inmovilizados intangibles (patentes, programas informáticos…), y las amortizaciones del inmovilizado.
  • Inversiones financieras a largo plazo. Se compone de cualquier inversión en activos financieros a largo plazo (bonos, obligaciones, deuda pública, etc.) o en participaciones de capital (acciones) que se realicen con ánimo de permanencia a largo plazo o no especulativo a corto plazo.
  • Inversiones inmobiliarias. Se compone de aquellas inversiones en bienes inmuebles (terrenos, viviendas, naves industriales, locales comerciales, etc.) que no intervengan en la actividad propia de la empresa.

Activo corriente

Está constituido por aquellos elementos que se encuentran en constante rotación, es decir, que se renuevan varias veces en un mismo ejercicio económico. El activo corriente está formado por las masas patrimoniales de las existencias, el realizable y el disponible:

  • Existencias. Están compuestas por aquellos materiales que se utilizan en la elaboración del producto, o bien por las mercaderías ya elaboradas que constituyen la actividad propia de la empresa. Todos estos bienes tienen que sufrir una transformación o una venta para convertirse en líquido después de un plazo.
  • Realizable. Representa los créditos y derechos a favor de la empresa para operaciones que ya están consumadas y que le permitirán disponer de recursos efectivos en un plazo relativamente corto de tiempo. Comprende las situaciones en las que se venden bienes o se prestan servicios y no se cobran, generándose una deuda a favor o un derecho de cobro, siempre a corto plazo.
  • Disponible. Está formado por aquellos elementos que, por el hecho de ser líquidos, tienen una disponibilidad inmediata.

La contrapartida del activo es la suma de patrimonio neto y de pasivo, que a su vez se puede dividir en pasivo no corriente y pasivo corriente:

  • Patrimonio neto. Representa los recursos de la empresa que se destinan a la autofinanciación (recursos propios o fondos propios) y aquellos que son ajenos pero que no hay que devolver, como las subvenciones o las donaciones. La parte principal es el capital, es decir, la aportación de los socios. También se puede denominar no exigible.

Pasivo no corriente

Está formado por aquellas fuentes de recursos que se tienen que devolver en un periodo superior a la duración de un ejercicio económico, es decir, por aquellos elementos del patrimonio que suponen una deuda que la empresa tiene que devolver a largo plazo (más de un año). La masa patrimonial correspondiente es el exigible a largo plazo.

Pasivo corriente

Está formado por aquellas deudas que la empresa debe devolver en el ejercicio económico. Por tanto, se corresponden con la masa patrimonial de exigible a corto plazo:

  • Exigible a corto plazo. Está formado por las deudas que tiene la empresa y que tiene que devolver a corto plazo. Son las situaciones en las cuales se compran bienes o se reciben servicios y no se pagan, por lo que se quedan a deber o generan una obligación de pago.

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