Crisis Financiera de 2008 y sus Consecuencias en la Economía Española
La etapa de recesión económica y financiera iniciada en 2008, aún con efectos persistentes, tuvo sus raíces en un período anterior. Tras la crisis bursátil de 2002, se implementó una política monetaria expansiva con tipos de interés reducidos. Esta medida incentivó el consumo de los hogares, disminuyendo su ahorro y propiciando una inversión masiva en activos inmobiliarios.
En España, este fenómeno se vio amplificado por varios factores:
- Tipos de interés reales bajos: La inflación en España superaba la media de la eurozona, resultando en tipos de interés reales más bajos.
- Crecimiento demográfico acelerado: La importante ola de inmigración iniciada en 1995 incrementó rápidamente la población y, por ende, la demanda de vivienda.
La demanda nacional experimentó un fuerte crecimiento, especialmente en la inversión en vivienda. A pesar del aumento de la oferta, los precios de los inmuebles se incrementaron notablemente. Las familias, basándose en expectativas de crecimiento de la renta y en la continua revalorización de las propiedades, aumentaron considerablemente su endeudamiento. Esta situación incrementó su vulnerabilidad ante posibles subidas de los tipos de interés o una caída en el valor de los inmuebles.
La banca privada, para cubrir la creciente demanda de crédito, recurrió a los mercados internacionales, generando un elevado endeudamiento exterior de la economía española. Este es un problema recurrente en España: la inversión en sectores poco productivos a lo largo de su historia.
Rasgos del Crecimiento Económico Español
Se destacan los siguientes rasgos:
- Crecimiento del PIB per cápita: Ha crecido a un ritmo del 3,1%, superior a la media europea.
- Perfil temporal similar al de la UE: La evolución de la renta per cápita sigue un patrón similar al de otros países comunitarios.
- Mayor impacto de las crisis: Las crisis económicas tienen efectos más profundos y graves en España.
- Fluctuaciones más marcadas: Las etapas de expansión y recesión son más pronunciadas en España.
La convergencia con la economía comunitaria desde 1995 es, en gran medida, resultado de las políticas implementadas para la adhesión al euro.
Transformaciones Estructurales de la Economía Española
Se observan las siguientes transformaciones:
- Cambio en la estructura productiva: La industria y los servicios han ganado peso en detrimento de la agricultura, debido a la mayor productividad del trabajo en los primeros. En 2010, solo el 4,4% de la población activa se dedicaba a la agricultura.
- Apertura comercial exterior: Se mide por el peso de las exportaciones, importaciones o la suma de ambas en el PIB.
- Mayor importancia del sector público: La consolidación del Estado de Bienestar, especialmente a partir de 1978, ha incrementado el peso del gasto público en el PIB. Algunos analistas sugieren que esto pudo haber ralentizado el crecimiento.
- Mayor equidad en la distribución de la renta: Se ha observado una mejora en la distribución de la renta a nivel funcional, personal y espacial.
Desequilibrios Macroeconómicos en España
Desempleo
Los elevados niveles de desempleo tras la crisis de 1975 fueron causados por:
- El «baby boom»: Un aumento significativo de la población activa.
- Incorporación de la mujer al mercado laboral: Un incremento adicional de la oferta de trabajo.
- Crisis económica profunda: Una contracción de la demanda de trabajo.
España muestra una notable incapacidad para generar suficiente empleo. Este proceso se vio acompañado por un fuerte crecimiento de los costes laborales desde 1968. El desempleo presenta un claro componente cíclico, con importantes pérdidas de empleo entre 1975 y 1985 y a principios de los 90, y aumentos en las fases expansivas de 1985 y 1995.
Inflación
El fuerte período inflacionista de principios de los 70 se debió a:
- Shock de oferta: Aumento de los costes laborales.
- Incremento de los costes energéticos: Subida del precio del petróleo.
Otros factores que contribuyeron a la inflación fueron la dependencia de las importaciones, los elevados aranceles, la falta de competencia en el mercado interior y la resistencia de los precios a la baja debido a la estructura productiva.
Déficit Exterior
El déficit de la balanza por cuenta corriente se explica por:
- Política comercial proteccionista.
- Concesión arbitraria del comercio exterior.
- Elevados aranceles que encarecían las importaciones.
- Política cambiaria basada en la devaluación competitiva.
El desequilibrio exterior es persistente porque las importaciones superan a las exportaciones. El crecimiento de la producción depende de las importaciones debido a la dependencia energética, tecnológica y de materias primas. El crecimiento insuficiente de las exportaciones se debe a la especialización en productos muy sensibles a la coyuntura exterior y al proceso inflacionista.
Déficit Público
La transformación del Estado en un Estado de Bienestar a partir de 1976 conllevó un aumento del gasto público. La adaptación fiscal de los ingresos fue posterior, consolidándose el sistema con la introducción del IRPF (1979) y el IVA (1986). El resultado es un déficit público estructural: el gasto público supera a los ingresos públicos. Esto genera una necesidad de financiación que lleva al Estado a competir en el mercado de capitales, elevando los tipos de interés.
Comparación de los Desequilibrios
La inflación y el desempleo han sido históricamente más relevantes en España que en otros países de la UE. El déficit por cuenta corriente también ha sido mayor en España. Sin embargo, el déficit público se ha situado, en general, por debajo del nivel medio comunitario. Desde 1997, la inflación se ha mantenido por debajo del 4%, y el déficit público llegó a convertirse en superávit hasta la crisis de 2008. España ha experimentado tasas de crecimiento superiores a las de sus vecinos comunitarios y una importante creación de empleo, aunque este último resultó ser coyuntural.