La dirección de la empresa y sus funciones
La dirección se ocupa de coordinar e integrar el conjunto de recursos materiales y humanos que configuran la empresa. La esencia de la tarea directiva, por tanto, consiste en conseguir una actuación conjunta de las personas y medios que componen la organización, dándoles objetivos y valores comunes. Para ello, la dirección de la empresa ha de llevar a cabo las funciones de planificación, organización, dirección de recursos humanos y control.
Una vez fijadas las metas comunes de la empresa, es preciso planificar los medios disponibles, organizarlos adecuadamente, dirigir y orientar los recursos humanos hacia esas metas y, finalmente, controlar que se vayan cumpliendo. Además de coordinar los recursos actuales, la dirección debe estimular su mejora continua, de modo que la empresa pueda crecer y ganar en eficiencia. Para ello, son factores clave la formación de sus trabajadores y la mejora tecnológica.
Los niveles de la dirección
Una única persona no puede ocuparse de todas las tareas de dirección que requiere una gran empresa en la actualidad. El trabajo directivo se ha ido especializando con la creación de nuevos puestos intermedios que coordinan el trabajo de un nivel y, a su vez, son coordinados por otros directivos de nivel superior, dando una forma piramidal a la organización. Esta concepción piramidal hace que existan tareas directivas muy diversas, con contenidos y responsabilidades diferentes. La ingeniera que está al frente de un grupo de obreros, el encargado de una tienda, el enfermero jefe de un hospital, la jefa de sección de un servicio del Ayuntamiento, el gerente de ventas de una empresa o la presidenta de una multinacional ocupan, con distintos grados de responsabilidad, puestos directivos en las instituciones en las que desempeñan su trabajo. En general, podemos distinguir tres niveles directivos:
Alta dirección
Está integrada por la presidencia y la dirección de más alto nivel de la empresa. Ocupa el nivel superior de la pirámide y es la encargada de pilotar la empresa, fijar sus objetivos y sus grandes líneas estratégicas, así como de asegurar que funcione como un todo cohesionado. Por ello, sus decisiones, tales como establecer la misión o propósito de la empresa, la política de I+D+i y de recursos humanos, los productos que se elaborarán, los mercados en los que entrar o salir y la estrategia o forma de competir en ellos, son, por lo general, a largo plazo.
Dirección operativa o dirección de primera línea
Incluye a todos aquellos directivos que están en contacto directo con los trabajadores. Ocupan el nivel más bajo de la pirámide y son los responsables de asignar tareas a los trabajadores y de supervisar sus resultados. Se encargan de llevar a la práctica las decisiones y los planes desarrollados por los directivos de nivel superior. Son ejemplos el jefe de almacén o la jefa de uno de los equipos de ventas. Las decisiones que se toman en este nivel son rutinarias y repetitivas.
Dirección intermedia
Entre la alta dirección y los directivos de primera línea están los directivos de nivel medio, que se encargan de mantenerlos en contacto. Algunos ejemplos son la directora de una fábrica o el jefe de ventas. Su función es traducir y concretar las directrices fijadas por la alta dirección en objetivos y planes específicos para cada uno de los niveles subordinados. Además, coordinan y supervisan a la dirección operativa. Se ocupan, por ejemplo, de fijar cómo evaluar la productividad de los empleados, de aumentar el número de trabajadores de un departamento o de decidir cuándo y cómo renovar los equipos y la maquinaria.
Las funciones de la dirección
Planificación
La primera función de la dirección es proyectar el futuro que se quiere para la empresa.
La planificación consiste en determinar por anticipado qué quiere conseguirse en el futuro, cómo se va a lograr y qué recursos se van a utilizar para lograrlo.
Abarca planes de muy distinto tipo, desde los que tratan de anticipar la situación de la empresa en los próximos cinco años, hasta los que fijan la cantidad exacta de producción del mes siguiente.
Organización
Hace posible que todos los miembros de la empresa actúen de forma conjunta para conseguir los objetivos fijados en la planificación.
La organización consiste en definir las actividades y tareas que se desarrollarán, dividir y distribuir el trabajo entre las personas que las llevarán a cabo y determinar las relaciones de autoridad que deben existir entre ellas, con la intención de cumplir los objetivos previstos de la forma más eficiente.
En una organización, los principios de autoridad y jerarquía determinan quién tiene que hacer cada cosa y quién debe resolver un problema o tomar una decisión, lo que simplifica y aclara el trabajo de la empresa.
Dirección o gestión de recursos humanos
Una vez diseñada la organización más adecuada, hay que integrar dentro de ella a las personas que van a trabajar en la empresa y orientar su comportamiento hacia el logro de los objetivos.
La dirección de recursos humanos se ocupa de la selección, formación y asignación de personas a los distintos puestos de trabajo, así como del diseño de sistemas de recompensas e incentivos que sirvan de motivación a las personas en el ejercicio de sus funciones. Además, para dirigir los recursos humanos es necesario el liderazgo, es decir, el ejercicio de la influencia y el poder para conseguir que las personas se identifiquen con los objetivos del grupo y actúen para lograrlos.
La capacidad para hacer que las personas traten de alcanzar los objetivos de la organización es tan importante que, para algunos, dirigir es fundamentalmente liderar los recursos humanos.
Control
Con esta función se pretende verificar en el día a día que la empresa se mantiene en la dirección prevista, así como que, en caso contrario, se adopten medidas correctivas. Es, por tanto, el complemento de la planificación, ya que pretende garantizar que aquello que se quería conseguir realmente se esté cumpliendo y, de no ser así, tomar las medidas correctoras necesarias para hacer que los hechos se adecuen a los planes.
El control consiste en comparar los resultados previstos con los reales, identificar desviaciones si las hubiera y establecer la forma de corregirlas.
La planificación precede y orienta las demás funciones. Mediante la planificación se fijan los objetivos y los medios para alcanzarlos, lo cual es imprescindible a la hora de diseñar la organización más eficaz para conseguir tales objetivos, así como para seleccionar los recursos humanos más adecuados. Por último, el control verifica el grado de cumplimiento de los planes, de modo que si se detectaran desviaciones significativas, se propondrían acciones correctoras, que sin duda afectarían al resto de funciones.