Intervención del Estado en la Economía y Desafíos del Sector Exterior Español

Papel del Estado en la Economía

Corresponde al Estado configurar y mantener el marco institucional económico. Sin embargo, en ocasiones, el Estado interviene directamente sobre precios, cantidades y tipos de productos, actuando como un agente económico más.

Intervención del Estado en la Economía

  • Regulaciones: Pueden ser generales, estableciendo el marco institucional, o concretas, regulando aspectos particulares de la acción económica o social.
  • Hacienda pública: Soporte financiero de la actividad económica estatal.
  • Empresas públicas: Empresas de propiedad estatal.

El Presupuesto Estatal

El presupuesto se caracteriza por:

  1. Una gran transformación desde una hacienda raquítica e intervencionista en el pasado.
  2. Actualmente, mayor transparencia, eficacia, no discrecionalidad y mejores instituciones. Pendiente de mejora en calidad y coordinación.
  3. El Estado lleva a cabo una política fiscal discrecional.
  4. Algunas obligaciones son sensibles al ciclo económico (paro y prestaciones) y, sin cambios en la política fiscal, se ajustan a la coyuntura. Son los llamados estabilizadores automáticos.

Ingresos Públicos

  1. Reforma Fiscal 77: Implanta el IRPF y Patrimonio. En 1986 se implanta el IVA, buscando equidad, flexibilidad, neutralidad, transparencia y capacidad recaudatoria.
  2. Los ingresos proceden de tres partidas: Cotizaciones sociales, impuestos directos e impuestos indirectos.
  3. Cotizaciones sociales: Representan más de un tercio del total y son muy sensibles al número de cotizantes y a los ciclos económicos.
  4. Impuestos indirectos: Muy sensibles al ciclo económico. Aumentan en expansión y caen en crisis. El principal es el IVA, que aporta la mitad de los ingresos. Le siguen en importancia los impuestos sobre consumos específicos (gasolina, tabaco) y, en menor medida, transmisiones patrimoniales, actos jurídicos, juego e importaciones.
  5. Impuestos directos: Gran crecimiento de la recaudación en expansión y caída en crisis. El IRPF es el principal (58%), seguido del Impuesto de Sociedades. El Impuesto sobre el Patrimonio tiene menor importancia.

Gastos Públicos

  1. Representan el 46% del PIB, algo inferior a la media de la UE.
  2. Fuerte aumento inicial debido a la reforma fiscal y la creación del Estado de Bienestar, seguido de intensos recortes desde la llegada de la crisis.
  3. Alto grado de descentralización (CCAA, Ayuntamientos).
  4. Destinos del Gasto Público: Pagos de personal, compras de bienes y servicios, transferencias (pensiones, desempleo), inversión.
  5. Los «empleos corrientes» son los más importantes. El consumo final es la partida más cuantiosa, casi la mitad del total, con un fuerte aumento en los últimos años. Incluye la producción de bienes públicos, el coste del aparato administrativo y las transferencias sociales en especie. Los intereses de la deuda han experimentado una fuerte elevación debido al endeudamiento y la prima de riesgo.
  6. Prestaciones sociales por pensiones y desempleo: Representan un tercio del Gasto Público y el 12% del PIB. La parte fundamental son las pensiones, debido al aumento del número de pensionistas (duplicado) y la pensión media. El sistema es de «reparto», y su sostenibilidad depende de la relación entre cotizantes y perceptores.
  7. «Empleos de capital»: La principal partida es la inversión pública, con un esfuerzo inversor alto en años pasados.

La Balanza de Pagos de la Economía Española

  1. Protagonismo del saldo comercial en la determinación del déficit corriente.
  2. Se alcanzan cifras históricas tanto en el déficit comercial como en el déficit corriente.
  3. Menor peso de las partidas compensatorias: servicios y transferencias.
  4. Fuerte demanda interna sostenida con importaciones durante la expansión, generando déficit exterior.
  5. Los efectos de la crisis sobre la Balanza de Pagos y el sector exterior.

Desafíos del Sector Exterior

  • La pertenencia a un área monetaria relaja la restricción externa, permitiendo mayores déficits, pero también requiriendo superávits mayores.
  • En la década pasada, ha habido una pérdida preocupante de capacidad competitiva de la economía española, tanto en competitividad-precio como en competitividad estructural (otros factores distintos al precio).
  • Pérdida de competitividad estructural de la economía: Crecimiento limitado de la productividad, escasa modificación de la estructura exportadora, y cambios insuficientes en los mercados de exportación.
  • Los ajustes de la crisis han permitido recuperar competitividad, y el sector exterior está siendo el más dinámico en el período de crisis.

El problema del déficit requiere atención, más allá de que resulte «financiable». No basta con la corrección macroeconómica. Es preciso impulsar una mejora de la base tecnológica en la que se asienta la competitividad, como base para un cambio productivo. Es obligado un cambio de la oferta exportadora y estimular la búsqueda de nuevos mercados, especialmente atendiendo al dinamismo y la estabilidad. Sin embargo, es posible que tras el déficit haya una recomposición geográfica de la producción española.

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