La Crisis de la Clase Obrera y la Globalización

La Globalización y el Debilitamiento del Sindicalismo

Los mercados nacionales son insuficientes para las grandes empresas, las cuales se han volcado en generar una sociedad de consumo de masas internacional. El capital mundial está formando una clase obrera mundial, en la que la relación de trabajo y el salario se encuentra definido por las condiciones sociales, culturales, políticas o sindicales nacionales que se enfrentan a una enorme presión de la competencia internacional de los trabajadores. Esta debilidad estructural del sindicalismo ante la globalización facilitó que se produjera un ataque concentrado por parte del capital, contra el poder organizado de los trabajadores.

Este ataque del capital generó una situación de paro masivo y un deterioro de la negociación colectiva, lo que redujo considerablemente el poder de los trabajadores, dividió a la clase obrera de los países y distribuyó entre varios países la producción entre muchos sectores, reduciendo el impacto de los sindicatos. El resultado final ha sido una prolongada y grave crisis de la clase obrera, de su representación sociopolítica y de su poder social en todo el mundo desarrollado.

El Sindicalismo en el Tercer Mundo y la Globalización

El dinamismo sindical en el tercer mundo (Corea, Brasil, Filipinas o Sudáfrica) ha hecho que las organizaciones obreras se hayan incorporado a grandes alianzas de protesta contra la globalización capitalista (EE.UU). Además, la globalización está modificando las condiciones del trabajo asalariado en otros países “pobres” o “menos desarrollados”, en los cuales está aumentando la capacidad de consumo. Estos nuevos consumidores sustituyen como fuente de demanda solvente a los nuevos pobres que aparecen en los países desarrollados.

Consecuencias de la Globalización

Algunas de las consecuencias de la globalización son:

  • La aparición de nuevas formas de pobreza, vinculadas a la exclusión de participar en la nueva división internacional del trabajo.
  • El aumento de la desigualdad. Según el BM, la mitad de la población mundial vive con menos de 2€ diarios y según el PNUD, hay 250 millones de niños trabajadores, millones de personas carecen de servicios básicos…

Añadiremos que la globalización no resuelve la crisis estructural del capitalismo. Además, se suele señalar como culpable de la crisis al incremento del crédito unido a la liberalización financiera lo cual ha permitido crear un mercado financiero mundial que ha alimentado burbujas especulativas en el sector inmobiliario e inflación de los activos.

La Crisis Financiera de 2008

Tras varios episodios de crisis financiera, en agosto de 2007 se produce una crisis financiera en EE.UU que a finales de 2008 se traslada al conjunto de las economías desarrolladas articuladas en el sector bancario internacional. La causa de esta crisis desde el punto de vista financiero, es las bajas tasas de interés (“dinero fácil”) y la falta de supervisión y regularización de las actividades bancarias y financieras en general. Desde el punto de vista macroeconómico, aludimos a dos factores: el sistema de pagos internacionales que facilitan la acumulación de enormes desequilibrios en la cuenta corriente (déficit norteamericano) y en consecuencia, la gran concentración de reservas liquidas en busca de la máxima rentabilidad posible en todo el mundo.

La Crisis Actual y la Distribución del Ingreso

En algunos análisis podemos observar, que el trabajo en los países desarrollados ha perdido 10 puntos de participación en el PIB y esto significa, que el capital genera más plusvalía que hace treinta años. Y por tanto, ha habido una modificación estructural de la distribución del ingreso.

La crisis actual es más que una crisis financiera, es el síntoma del agotamiento de los procedimientos puestos en marcha por el capital norteamericano a finales de los 70 y principios de los 80, para seguir captando recursos materiales y trabajo en forma de mercancías del RM, eso sí siempre a crédito.

La Tercera Revolución Industrial y el Capitalismo

También añadiremos que la crisis actual marca a su vez el final de un ciclo hegemónico y el paso a una tercera revolución tecnológica y relanzar el proceso de valorización del trabajo. En esta 3ª R.I nos encontraremos en un escenario completamente nuevo aunque con características de las anteriores (R.I.). Las trasformaciones tecnológicas se han traducido en un proceso de aceleración del desarrollo de la fuerza productiva del trabajo, la cual solo está ocurriendo en los nuevos espacios que se incorporan al mercado mundial, asociados a normas fordistas y a la producción en cadena es el caso de China y el Sudeste asiático. Con diferencia a las anteriores revoluciones industriales, en esta el capitalismo no ha sido capaz de realizar una transformación energética debida, en el caso de las energías renovables, a la incompatibilidad con el capitalismo centralizado y en el caso de la energía atómica, a la fuerte contestación social.

Dentro de esta nueva fase, se propone como solución contradictoria al conflicto de clase, la desestructuración social del colectivo obrero y se propone el idealismo individualista del mérito personal. Sin embargo, más que una solución es un límite estructural del capitalismo mundial.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *