VII. Las Garantías Públicas a los Bancos y el Riesgo Moral
Hemos visto tres garantías públicas a los bancos. Dos son explícitas y tienen como finalidad mitigar las crisis de liquidez: el fondo de garantía de depósitos y el papel del banco central como prestamista de última instancia. La tercera es implícita y tiene como objetivo resolver crisis de solvencia: la voluntad del gobierno de rescatar entidades financieras sistémicas. Estas garantías tienen como razón de ser tanto la posibilidad de que se produzcan crisis de confianza basadas en meras expectativas que se autocumplen como el deseo de evitar el contagio de los problemas de una parte del sistema financiero al resto del sistema financiero y a la economía real. No obstante, tienen un efecto adverso sobre los incentivos al generar un problema de riesgo moral.
El problema de riesgo moral procede del hecho de que estas garantías públicas hacen que parte de las consecuencias del riesgo asumido por los bancos no sean soportadas por ellos mismos sino por terceros que son, en última instancia, los contribuyentes. Así, el riesgo moral exacerba la diferencia entre el riesgo total generado por las entidades financieras y aquel asumido por sus responsables. Esto es un factor adicional que contribuye a que los bancos asuman niveles de riesgo excesivos, esto es, por encima de lo que resultaría óptimo.
Es decir, por un lado, si existe una fuente ilimitada de liquidez en caso de problemas (el prestamista de última instancia) o un fondo que garantiza el pago de depósitos, los bancos tendrán menos miedo a exponerse al riesgo de liquidez reduciendo los activos líquidos (de baja rentabilidad) y aumentando los menos líquidos (de mayor rentabilidad). Por otro lado, si saben que el Estado acudirá al rescate en caso de insolvencia, los bancos se expondrán a realizar préstamos más arriesgados (y, por esa razón, más rentables).
Resumen de las Garantías Públicas a los Bancos
En resumen, las garantías públicas a los bancos tienen una ventaja y dos inconvenientes:
Ventajas
- La ventaja (y su razón de ser) es que hacen que las crisis financieras sean menos graves. En especial, resultan efectivas para atajar crisis de confianza basadas en expectativas que se autocumplen.
Inconvenientes
- Los inconvenientes provienen de que las garantías públicas a los bancos aumentan la brecha entre el riesgo generado por los bancos y el riesgo asumido por sus responsables. Esto da lugar a dos inconvenientes:
- Un problema de eficiencia: las garantías públicas exacerban la tendencia de los bancos a asumir más riesgo del que es socialmente óptimo.
- Otro de equidad, ya que el dinero público destinado al rescate de los bancos es de todos los contribuyentes, que no han participado en las decisiones de dichos bancos.
VIII. Desregulación del Sistema Financiero, Innovaciones Financieras y la Banca en la Sombra
I. La Banca en la Sombra
Se dio pie, en especial en EE.UU., a la aparición de la “banca en la sombra”, consistente en entidades financieras que no tomaban depósitos pero que actuaban como bancos en el sentido de que invertían en activos a largo plazo y tomaban prestado a corto plazo, aprovechándose del margen existente entre tipos a corto y a largo. Al no tomar depósitos, no eran oficialmente bancos, por lo que no estaban sujetas a las normas prudenciales a las que debían someterse los bancos tradicionales. La banca en la sombra contribuyó considerablemente a aumentar el riesgo sistémico en la fase expansiva del último ciclo financiero ya que:
- La falta de límites legales al apalancamiento llevó a estas entidades a apalancarse enormemente para aprovechar las ganancias de rentabilidad que de ello se derivan.
- Al no tomar depósitos, los que aportaban fondos a la banca en la sombra no estaban protegidos por el fondo de garantía de depósitos. Además, la banca en la sombra no tenía acceso a la financiación directa del banco central, con lo que carecía de prestamista de última instancia. Así, carecía de garantías públicas para atajar posibles crisis de confianza.
- La banca en la sombra llegó a acaparar una parte sustancial de la actividad financiera, especialmente en EE.UU., y mantenía estrechos lazos financieros con la banca tradicional.
La banca en la sombra tuvo una incidencia negativa en los incentivos del sistema financiero a la asunción de riesgos. El punto (i) implica que la banca en la sombra estaba al margen de los mecanismos públicos establecidos para limitar los incentivos a asumir riesgos más allá de lo socialmente óptimo. El punto (ii) supone que la banca en la sombra era más vulnerable a crisis de confianza al carecer de garantías públicas que cubriesen el riesgo de liquidez. El punto (iii) implica que la banca en la sombra era sistémica, en el sentido que, de caer en dificultades de liquidez y/o solvencia, ello produciría un contagio sobre el conjunto del sistema financiero.
Efectivamente, (i) durante la fase expansiva del ciclo financiero, la banca en la sombra acumuló riesgos excesivos; (ii) en la crisis financiera, la banca en la sombra constituyó el epicentro de los problemas de liquidez y solvencia del sistema financiero; (iii) los problemas de la banca en la sombra se contagiaron al resto del sistema financiero.
II. Innovaciones Financieras y la Titulización
Se dio pie a la aparición de innovaciones financieras que devinieron clave en el boom financiero y la posterior crisis financiera. De entre las múltiples operaciones de ingeniería financiera, destaca la titulización por su papel relevante en la crisis financiera. La titulización consiste en la agrupación en un fondo común de varias hipotecas concedidas por un banco y la emisión paralela de títulos negociables. Los pagos a los tenedores de estos títulos están garantizados tan sólo por los pagos que a su vez realicen los prestatarios de las hipotecas que constituyen el fondo común.
La titulización tuvo tres implicaciones con efectos negativos sobre los incentivos, tanto de los bancos como de los compradores de los títulos:
- La titulización permitía al banco trasladar el riesgo de impago de sus créditos a terceros, concretamente, a los tenedores de los títulos. Al hacerlo así, el banco, que era el que seleccionaba a los prestatarios de las hipotecas, tenía menos incentivos a preocuparse por la solvencia de los mismos. Su interés estaba en maximizar el volumen de créditos concedidos, por lo que relajaba las garantías exigidas y concedía hipotecas subprime (basura), es decir, hipotecas a personas sin garantías más allá del propio valor de la vivienda (hipotecas NINJA: No INcome, no Job, no Assets). Esta pérdida de interés por minimizar el riesgo asociado a las hipotecas también explica el aumento de la relación préstamo-valor en la concesión de hipotecas.